Desde Marat y Magritte a Boetti y Warhol, el artista reconstruye el trabajo de grandes creadores, adoptando la estética de sus obras, sus procesos creativos e, incluso, sus personajes públicos para generar su propia mitificación crítica y democrática.
Esta «regeneración» artística es el concepto que subyace en Yard, un cortometraje rodado en un terreno baldío junto a su estudio, una de las pocas parcelas industriales al este de Londres que aún no se ha reurbanizado.
Esta basura esparcida en el descampado se encuadrada en el estilo de los videojuegos shoot’em up, por lo que Turk sitúa al espectador como un artista-avatar sigiloso y depredador en una misión para readaptar el territorio en el terreno baldío de la modernidad.
Mientras la cámara vigila las ruinas del capitalismo, siendo los mismos desechos que reaparecen en los elementos escultóricos de la exposición, lo difunto y desechado es analizado como reliquias culturales y potenciales soluciones creativas.
Autodescubrimiento y melancolía
Dentro de una oscura galería iluminada tan sólo por farolas de sodio, que sugieren tanto la incertidumbre nocturna como la conservación museológica, Turk introduce los conceptos de descubrimiento cultural y autodescubrimiento que acompañan a las obras escultóricas, entre las que se incluyen: una melancólica versión de su The Golden Thread (2004), un laberinto construido con espejos de doble cara, que expone su propia historia a la vez que devuelve un reflejo imperfecto al espectador; y We Are One (2014), una obra de neón a gran escala que anuncia el número exacto de la población mundial a las 18.30 h del 24 de enero de 2014, justo el momento en el que surgió la pieza.
Junto a ellas se exponen otras obras inéditas: móviles a escala de parque infantil construidos a partir de restos de andamios, tubos de escape oxidados y neumáticos deshinchados encontrados en el descampado de Turk, que cuelgan con un cruel encanto; mientras que los artículos más preciados de entre los desechos del solar se consagran dentro de un cubo de cristal dicroico.
Cada obra expuesta es peculiarmente londinense, desde su fabricación en el mismo estudio del artista, hasta haber sido expuestas originariamente en ya reconocidas exposiciones del nivel de las de White Cube o el festival de artistas emergentes Art Car Boot Sale.
Reubicada en Mallorca, Yard es una reconstrucción in situ, post-industrial, post-económica y post-propiedad, que cartografía y recartografía la propia historia de Turk como plataforma disponible para la regeneración, a disposición de ser ocupada por el espectador.