La muestra hace un repaso a través de los más de veinte nombres que figuran entre los residentes ilustres que forjaron la historia de la Residencia. Entre ellos destacan Jorge Guillén, Pío del Río-Hortega, Marcelino Pascua, Galo Sánchez, José María de Corral o José y Emilio Gómez Orbaneja.
Ricardo de Orueta fue otro destacado residente, ya que se convirtió en el impulsor, desde su puesto como director general de Bellas Artes, del Museo Nacional de Escultura de Valladolid. Además hay que recordar a José Antonio Rubio Sacristán, amigo de Federico García Lorca o Salvador Dalí, que fue durante muchos años catedrático de la Universidad de Valladolid y uno de los animadores de El Norte de Castilla.
Nombres imprescindibles
En cuanto a la actividad cultural de la capital vallisoletana, durante el primer tercio del siglo XX son nombres imprescindibles los tres hermanos Cossío, Francisco, Mariano y José María; Cristóbal Halfter, cuya estancia supuso un revulsivo en la ciudad; los pintores Sinforiano del Toro y Ángeles Santos, que, aunque nació en Portbou (Gerona), vivió el ambiente pictórico de la ciudad y en ella empezó a darse a conocer. En Valladolid nació Rosa Chacel, aunque pronto se trasladó a Madrid con su familia.
En las páginas de El Norte de Castilla y en revistas de vanguardia como Meseta (1928-1929), Ddooss (1931) y A la Nueva Ventura (1934), dirigidas por Francisco Pino y José María Luelmo (junto con Francisco Martín y Gómez en el caso de Meseta), se encuentran las firmas de algunos de los principales nombres de esta nueva generación.