La obra de Verdi es atípica dentro de su producción. A diferencia de Aida o Nabucco destaca por su enfoque realista: la historia de Violetta, en su lecho de muerte, evocando a modo de ‘flashback’ su vida de cortesana. Un ataque directo a la hipocresía de una sociedad que cuestionó la relación del compositor italiano con Giuseppina Strepponi.
Una exaltación de la vida y de las virtudes humanas, como la generosidad, la compasión y el sacrificio por los demás, que se ven frustradas por el juicio implacable de una sociedad clasista. En esta adaptación de la novela de Alejandro Dumas (hijo) La dama de las camelias, Verdi empleó elementos subversivos para la época (referencias a la sífilis y la tuberculosis) que, junto con su enfoque moral, hicieron que la obra fuera muy mal recibida en su estreno.
Ahora, la magistral producción de David McVicar, con su habitual puesta en escena teatral y alto voltaje dramático, permite una relectura contemporánea. Un grandioso melodrama con ambientación de la época.