«En 2000 paseaba con Constant por este museo cuando me dijo que él no estaba representado. Quince años después esto ha cambiado», rememora Trudy Nieuwenhuys-van der Horst, viuda del artista y presidenta de la Fondation Constant [1]. «Mostrar Nueva Babilonia es muy importante. Sigue siendo demasiado radical para muchos, por ejemplo para los historiadores estadounidenses. En el MoMA no se haría una exposición así», asegura Benno Tempel, director del Gemeentemuseum Den Haag [2].
Durante casi 20 años, Constant elaboró maquetas, pinturas, dibujos y collages que mostraban su concepción de la ciudad nómada del futuro, Nueva Babilonia, un complejo y amplio laberinto que transformaba el mundo entero en una sola red. «Yo no soy diseñador sino un mero provocador. Me limito a hacer sugerencias. Lo que se ha definido es el concepto de Nueva Babilonia, no su forma física», afirmaba el artista.
Lo que sí tenía claro es que la tierra sería de propiedad colectiva, el trabajo estaría totalmente automatizado y a cargo de robots y las personas serían libres de dedicar el tiempo al juego creativo. «La idea que Constant regaló al mundo entero es la posibilidad de pensar en nuevas formas de vivir, de trabajar o, quizás, de no trabajar, de jugar, formarse… Es una noción de cómo se podría vivir en el mundo», afirma Tempel.
Imaginario cultural
La muestra, organizada junto con el Gemeentemuseun de La Haya y con la colaboración de la Fondation Constant y el RKD (Netherlands Institute for Art History), tiene como núcleo fundamental a Nueva Babilonia como obra de arte en el contexto en el que se concibió entre 1956 y 1974, por lo que se completa con reconstrucciones, fragmentos de películas históricas y materiales de archivo.
Pero además, la exposición abarca varias etapas del pintor y diseñador que muestran al público que su proyecto de Nueva Babilonia estaba presente a lo largo de todo su trabajo, incluso mucho antes de embarcarse en su diseño. A pesar de que no se ofrece una visión exhaustiva «es muy importante la investigación que ha llevado a cabo el Museo Reina Sofía sobre el trabajo inicial de Nueva Babilonia», asegura Doede Hardeman, comisario de la exposición.
Esto se refleja, por ejemplo, cuando formó parte del movimiento internacional CoBrA (1948 – 1951) en su rama holandesa, de la que redactó un manifiesto donde propugnaba que lo más importante para el artista debe ser el acto creativo en sí. Como confirma su viuda, «como artista Constant ha estado siempre radicalmente comprometido con sus creaciones». El interés de este periodo radica también en el hecho de que las obras expresivas de seres imaginarios dieron paso a la cruda realidad de la Segunda Guerra Mundial y a la de Corea.
Se dedica también un espacio a la influencia que tuvo en la obra de Constant un difuso imaginario cultural que podría ser identificado con la cultura española. La influencia del trato de los gitanos fue, para el propio artista, el detonante del proyecto Nueva Babilonia, y es notable cómo en sus trabajos posteriores reaparecen estos motivos asociados a los zíngaros, a los flamencos y a los gitanos.