Las obras de Splitt tienen un fuerte compromiso con el color y resulta complejo identificarlas como pinturas o esculturas. Quizá se podría hablar de ‘esculturas pintadas’. Su forma de trabajar ha evolucionado gradualmente desde 1988, en que empieza con objetos tridimensionales, a sus primeras pinturas vertidas en 1990, manchas de color, mezcla de pintura y emulsiones sintéticas que derramadas sobre una superficie emergen como intensas formas de una gran luminosidad, que parecen estar aún en estado líquido.
En esta ocasión, Pilar Serra presenta varias piezas sobre el suelo que podrían parecer el resultado casual de un proceso de vertido, pero el artista ha estudiado las cualidades del líquido, su potencial para extenderse y el gradual proceso de secado, cuestionándose la relación con el espacio y con la materia. La línea, el color, en este caso el espacio de la galería y su disposición han influido en la realización de la obra.
Los papeles, impregnados de pintura y plegados de forma que sugieren escenarios o cajas, cajas de papel que han sido dobladas y desdobladas para acoger pintura y luego son vaciadas, son, junto a las pinturas vertidas, los protagonistas en esta exposición.
Cajas, papeles, telas…
Rainer Splitt suele trabajar series: cajas, papeles, telas, todas ellas inmersas en pintura, dando lugar a que los críticos relacionen su obra con el minimalismo americano al que evidentemente el artista ha tenido en cuenta. En palabras de Konrad Bitterli: «Su obra parece estar firmemente situada dentro de las manifestaciones artísticas de las décadas de los 60 y los 70. Lo que es crucial, sin embargo, es que su trabajo no permite en sí mismo ser reducido a esas tradiciones y, de hecho, las renueva y reinterpreta de una forma extraordinariamente precisa y brillante».
Splitt nació en Celle (Alemania), amplió estudios en Nimes y Nueva York, y actualmente reside en Berlín. En los últimos años ha expuesto su obra en el Celle Art Museum, el Kunstverein Ruhr de Essen, el Kunstverein Aichach, el Goethe Institut de Lituania, el Museum of Concrete Art of Ingolstadt y el Museum Gegenstandsfreier Kunst de Otterdorf.