Romero es investigador, comisario y editor, y opera como artista desde 1985. Desde finales de la década de 1990 trabaja en dos grandes aparatos: el Archivo F. X. y la Máquina P.H., a través de esta última promueve la Plataforma Independiente de Estudios Flamencos Modernos y Contemporáneos (PIE.FMC), cuyo objetivo principal es ampliar el campo de estudio del flamenco con herramientas procedentes de la estética, la historia del arte, los estudios visuales y las nuevas consideraciones, que llegan desde los estudios culturales a la antropología y la sociología.

En su trabajo analiza sucesos históricos, la vida y la circulación de imágenes, la iconografía sacramental, el gesto iconoclasta de las vanguardias artísticas del siglo XX y el arte moderno, el flamenco, los conceptos e imaginarios sobre las culturas populares, la economía, las políticas culturales, las formas de especulación urbana, etc.

Imagen e ideología

Su permanente reflexión sobre el uso y administración ideológica de las imágenes se articula en torno a algunas cuestiones fundamentales: ¿Al servicio de quiénes y a qué intereses responde la construcción de la imagen, su visibilidad o invisibilidad en contextos específicos, su apropiación, capitalización y reaparición en el tiempo? ¿Qué roles desempeñan las clases culturales en tanto productoras y/o reproductoras de imágenes que son insertadas en la práctica artística contemporánea? ¿Qué potencia o capacidad de activación tiene la gestión política de esas imágenes en un campo cultural que redefine constantemente a sus agentes, incluido el museo como espacio público?

Esta antológica repasa su trayectoria desde sus inicios en la década de 1980 hasta sus investigaciones más recientes, con una selección de sus proyectos más destacados, que dan cuenta de una práctica multidisciplinar, del contexto político y social en que se produjeron y de los principales temas que vertebran su obra.

La muestra incluye las series ¿Llegaremos pronto a Sevilla? (1995-1999), El tiempo de la bomba (1993-1997), El almacén de las ideas (1987-1990); proyectos destacados como La sección áurea (1989-1992), Un mundo R.A.R.O. (1990-1993), El fantasma y el esqueleto (1998-1999); así como obras que formaron parte de exposiciones relevantes como Magatzem d’idées (Sala Moncada de la Fundación “la Caixa” de Barcelona, 1988), Antes y después del entusiasmo 1972-1992 (KunstRain 89 de Ámsterdam, 1989) y El sueño imperativo (Círculo de Bellas Artes de Madrid, 1991).

A modo de plaza

Incluye, además, un proyecto realizado específicamente para la ocasión, Canciones de la guerra social contemporánea II, una gran instalación y escenografía concebida a modo de plaza y espacio documental donde tendrán lugar diferentes performances a modo de recuperación de textos de Guy Debord, musicalizados y versionados por Romero junto a varios compositores e intérpretes. Pasarán por aquí Rodrigo Cuevas, Gabriel de la Tomasa, Niño de Elche, Pollito de Graná, Oier Etxeberria, Julio Jara, Le Parody, Soleá Morente y Christina Rosenvinge.

Esta sala de la exposición, que se activará performativamente con actuaciones en vivo cada mes, enlaza con un recorrido de la muestra donde se invita a una relectura del cuerpo y sus movimientos, ligados a los conceptos de trabajo, cultura popular y presencia. A través de estas acciones, el artista interpela a algunos de los creadores que forman parte de la amplia red de agentes vinculados a las investigaciones de Máquina P.H., que le han permitido trabajar en la dirección artística del bailaor Israel Galván, con el Niño de Elche, Rocío Márquez o Tomás de Perrate, entre otros.

Hoja de sala: Pedro G. Romero. Máquinas de trovar

Máquinas

Pedro G. Romero explica así el leitmotiv de la exposición que ahora presenta: “Tiene que ver con la idea de que cualquier obra de arte está siempre participada por otro, de ahí la idea de máquina, ya que lo que realmente importa es que la estructura de las piezas son una especie de puesta en acción de ideas, de materias. Esas máquinas son las que dan nombre a la muestra, que viene de un texto de Antonio Machado en el que compara la vanguardia moderna con el hacer de los cantaores del pueblo cuando componen un fandango”.