Las uñas rojas o cómo un actor veterano afronta el futuro desde el pasado. Porque cuando el público cree que asiste a la enésima revisión del clásico de Shakespeare Hamlet, el protagonista, un actor en el ocaso de su carrera, detiene la función e invita a abandonar la sala asegurando que estamos presenciando su final como actor… Ahí comienza una reflexión íntima pero compartida sobre cómo ha llegado a esta situación que lleva de la carcajada al silencio y a la reflexión.
En su monólogo (y diálogo) con el público al que insiste en despedir, el protagonista comienza un repaso vital que le lleva al germen de su nacimiento como actor: sus motivaciones y el tortuoso camino recorrido desde niño. En este relato descubrirá la importancia de las uñas rojas que dan título al montaje… Y cómo este fetiche marcó su futuro. En la crisis personal y artística más aguda de su vida, un actor se enfrenta a su mayor reto… Ser o no ser.
Emilio Gómez interpreta un texto del que también es coautor, junto con Guillermo Perujo, que constituye un ejercicio de revisión del pasado para afrontar el presente y el futuro. Inma Cuevas, además de productora, ejerce de ayudante de dirección en esta pieza minimalista en la que la peculiar iluminación y una escenografía austera pero sugerente a cargo de Javier Ruiz de Alegría cumplen la función de trasladar al público en el espacio y el tiempo, a lo que también contribuye el vestuario de Almudena Bautista.