La muestra reúne a algunas de las primeras figuras de las primeras décadas del siglo XX: Duchamp, Man Ray, Grosz y Heartfield, Picabia, los Robert y Sonia Delaunay, Lissitzly, Moholy-Nagy, Julio González, los Arp, Kurt Schwitters, Naum Gabo, Calder y Josep Renau, entre otros.
A partir de mil piezas de esta etapa en distintas técnicas -pintura, collage, fotografía y escultura-, estructuradas de forma temática y no cronológica, la exposición plantea un análisis novedoso de esta parte sobresaliente de la Colección del IVAM, que está considerada una de las más singulares de España.
Visiones
[1]Esta revisión de la colección incluye un amplio número de obras centradas en visiones poéticas y oníricas, estrechamente relacionadas con los movimientos dadaístas y surrealistas, entre los que destacan Man Ray, Kurt Schwitters, Raoul Hausmann, André Kertész, Georges Hugnet, André Masson, Óscar Domínguez, Benjamín Palencia o Anton Stankowski, entre otros.
Por otro lado, estos fondos que el IVAM saca a la luz con motivo de esta muestra abarcan un conjunto de prácticas artísticas de orden analítico materializado en formas abstractas. En ese sentido, y situando como clara referencia a Marcel Duchamp, se presentan valiosas aportaciones de artistas como Moholy-Nagy, László Peri, Frantisek Kupka, Bart van der Leck, Georges Vantorgerloo, Jean Hélion, Naum Gabo y su hermano Antoine Pevsner, Varvara Stepánova o El Lissitzky.
El fotomontaje
Estas dos líneas van acompañadas de un significativo número de creaciones estrechamente vinculadas a un arte de propaganda, de crítica social y compromiso político que tuvo en el fotomontaje, derivado del collage cubista, un instrumento de intervención plástica de primer orden. Así, con artistas de la antigua Unión Soviética, como Gustav Klucis o Valentina Kulagina; de Alemania, como George Grosz o John Heartfield; o de España, como Josep Renau o Helios Gómez, el IVAM ofrece una de las mejores colecciones existentes de un período clave de la historia del arte.
Esta exposición profundiza en uno de los objetivos que se ha fijado la nueva dirección del IVAM: mostrar de manera semipermanente la colección del museo, una de las más destacadas de nuestro país.
La base de la modernidad
Construyendo Nuevos Mundos recorre este legado artístico que está en la base del desarrollo de la modernidad a través de una estructura temática dividida en 10 salas. Siete de ellas incluyen proyecciones que contextualizan las obras, con títulos como Un perro andaluz (1929) de Luis Buñuel, El ballet mecánico (1924) de Fernand Léger y Tiempos modernos (1926) de Charles Chaplin.
1. Entre la experimentación y las sombras. Se muestran los readymades de Marcel Duchamp que atacan a la definición clásica de la creación artística. Obras como La caja verde, donde se plasman todas sus ideas y que comparten espacio en la muestra con Man Ray, cuya figura destaca por su compromiso con la invención de nuevas formas creadas desde el plano puro de la expresión en el ejercicio más libre de la imaginación. También se exhiben dos filmes en cuya ejecución participaron ambos artistas: Cine Anémico, dirigida por Duchamp en 1926, y Entreacto, del director René Clair, con guión de Picabia y Duchamp y Man Ray como intérpretes.
2. El dinamismo espacial. Publicaciones dadaístas, surrealistas y futuristas se dan cita en forma de revistas, manifiestos y carteles. Destacan las portadas de la revista Broom, una de las más relevantes del movimiento de vanguardia. Los artistas que participaron en estos movimientos exploraron el concepto de simultaneidad como consecuencia de los avances en la noción de espacio, rompen las fórmulas y orden anteriores para dar prioridad a lo dinámico, lo inmediato, lo instintivo y lo inesperado.
3. Cuerpos soñados. Esculturas inspiradas en la figura humana de Julio González, fotomontajes de Hugnet, carteles publicitarios de Josep Renau, fotografías de Grete Stern, maderas de Torres-García, pinturas de Joan Miró o Un perro andaluz se exhiben en esta sala. En las artes visuales el movimiento surrealista parte desde el modelo freudiano y la irrupción de un universo onírico que muestra que los vocabularios artísticos tienen que transformarse para descifrar todas estas capas de la experiencia individual.
4. La fascinación por las máquinas. Una auténtica revolución tecnológica internacional inundó los países más avanzados de automóviles, aviones, teléfonos, electricidad… La fascinación de los artistas por el mundo mecánico es una de las fuentes de inspiración más importantes. El cine está presente a través de obras como el catálogo para una publicación de cine japonés de El Lissitzky, el cartel de El acorazado Potemkin de Rodchenko y las aportaciones del holandés Piet Zwart, junto con obras de Picabia y Stepánova. Además de la proyección en la propia sala del filme Tiempos Modernos, de 1926.
5. La transformación de la vida cotidiana. La búsqueda de lenguajes universales en las artes visuales vivió uno de sus momentos estelares con el desarrollo del Estilo Internacional, movimiento en el campo de la arquitectura y el diseño que tuvo un amplio seguimiento en los años 20 y 30. Se exhiben más de 40 piezas de la colección Alfaro Hofmann, en su mayoría electrodomésticos, junto con los carteles de la revista De Stijl y obras representativas de la labor modernizadora de la Bauhaus alemana que impulsó nuevas técnicas constructivas por todo el mundo desde su laboratorio de investigación, dirigido por artistas como Moholy-Nagy. Del artista húngaro es el filme de 1930 Obra ligera: Negro, Blanco, Gris, que se proyecta en esta sala.
6. Utopía y revolución. Finalizada la primera guerra mundial y en un contexto marcado por el impacto de la revolución bolchevique, el dominio del fotomontaje alcanza cotas insospechadas y la obra impresa se convierte en aliada indispensable para alcanzar esos objetivos. Retratos de la sociedad alemana de George Grosz, fotomontajes de Heartfield, Renau y artistas soviéticos y carteles de la Guerra Civil española se presentan en esta sala.
7. La tentación del movimiento continuo. Una de las señas de identidad de las nuevas estrategias de la modernidad fue el valor del movimiento: trasvases de población, crecimientos urbanos, desplazamientos más frecuentes. Este mayor dinamismo se trasladó a las obras de arte, como muestran las obras de Sonia y Robert Delaunay, César Domela, Laszlo Peri y Vordemberge-Gildewart. Se proyectan dos películas: Rhythmus 21 de Hans Richter y Retorno a la Razón de Man Ray
8. El misterio de las formas. Las esculturas de Jean Arp, los móviles de Calder y las fotografías de Stefan Themerson manifiestan que muchos de los avances en las artes visuales –el cubismo, el surrealismo, el futurismo, el constructivismo e incluso la propia abstracción– estuvieron propiciados en parte por una respuesta a los logros científicos.
9. La inestabilidad del equilibrio. La creación artística pierde su carácter estable y permanente e interpela para que participemos de su mensaje e intencionalidad. Tal y como se refleja en las obras de Max Ernst, Luis Fernández, Helion, Paul Klee, Moholy-Nagy y Sophie Taeuber-Arp que dialogan entre sí. También se incluye la proyección de El ballet mecánico (1924), de Fernand Léger, considerada una de las obras maestras de los inicios del cine experimental.
10. Experiencias fragmentarias. La crítica a la tradición realista de los movimientos de vanguardia se enriquece con la incorporación del collage. Lo que emerge de esta actitud es la búsqueda de una mayor autenticidad en la experiencia estética. Cierran la exposición las obras del dadaísta Raoul Hausmann, Kurt Schwitters, las fotografías de Herbert List y Horacio Coppola, junto con los fotomontajes de los años 40 de Georg Grosz, los belgas Jos Leonard y Joosten y el filme de Dziga Vertov El hombre de la cámara.