El Museu d’Art Contemporani de Barcelona [1] (MACBA) presenta un recorrido por los dibujos de Lawrence Weiner [2] (Nueva York, 1942), una faceta poco conocida pero que resulta central en la trayectoria de uno de los artistas fundamentales de la segunda mitad del siglo XX. Weiner destaca la importancia del dibujo como herramienta para articular el pensamiento, llegando a afirmar que «dibujar es decir».
Escrito en el viento. Dibujos de Lawrence Weiner supone un viaje completo a través de la obra del artista e incluye obras sobre papel de factura exquisita, cuadernos de trabajo, dibujos animados y mucho material inédito. Resultado de un trabajo exhaustivo de búsqueda en el fondo del autor, galerías, instituciones y colecciones privadas y públicas de Europa y América, se trata de una exposición pionera que engloba aspectos desconocidos de una carrera que abarca más de cincuenta años.
Propuesta enunciativa
La exposición apuesta por la centralidad de un material que, erróneamente, se acostumbra a considerar marginal o subsidiario. El dibujo, al margen de su valor como material visual –Weiner ha sido premiado en la edición de 2012 del Drawing Center de Nueva York–, permite un acceso directo a la evolución creativa de alguien que ha hecho de la obra de arte una propuesta enunciativa.
En la muestra, la propia gráfica del gesto conduce al visitante por la trayectoria intelectual de la obra de Weiner. El dibujo es lo más cercano, inmediato y sincero que crea el artista y, hasta este momento, no quedaba recogido en su extensa bibliografía.
A través de los gestos
Escrito en el viento –coproducción con el Stedelijk Museum Amsterdam, ciudad de residencia habitual del artista– muestra todo lo que el autor siempre ha evitado mostrar: su subjetividad. Los dibujos son una forma de representar sus obsesiones, pero también el contexto y el proceso de creación.
La exposición renuncia a la cronología o a una línea temática y se estructura a través de los gestos que Weiner inscribe en los dibujos. Si sus esculturas convierten la visualidad en un acto lingüístico, en sus cuadernos de trabajo es la palabra la que origina el gesto. La muestra opta por mostrar el gesto como lenguaje y se plantea como un dibujo en sí misma.
Un ser con obsesiones
El arte de la segunda mitad del siglo XX hasta hoy no sería lo mismo sin la contribución fundamental de Lawrence Weiner. Este artista estadounidense fuertemente vinculado a Europa ha contribuido como pocos a ampliar la noción del arte tal como la entendemos hoy. Sus obras han educado nuestra mirada enseñándonos a desligar la obra de arte de su soporte físico y a desvincular cualidades físicas de cualidades estéticas.
Su huella es amplísima en artistas de diversas generaciones. No solo coetáneos como John Baldessari o Ed Ruscha comparten una estrecha simpatía por su trabajo, sino que artistas como Matt Mullican, Douglas Gordon y Pierre Bismuth beben de una u otra manera de sus contribuciones estéticas, filosóficas y éticas.
Uno de sus trabajos más significativos, Algunos objetos de deseo (2004), ocupa la pared central del atrio del edificio del MACBA de forma permanente desde 2009. Esta gran «ecuación matemática» hace hincapié en la relación entre las personas y los diferentes tipos de objetos que hay en el mundo.
Escrito en el viento es la primera revisión histórica del papel del dibujo en la obra de Weiner y ofrecerá una visión sensual, encarnada y desnuda de pensar y decir las cosas. El artista se presenta como un ser con obsesiones que se identifica con la figura del marinero. El horizonte, la libertad, los espacios del océano, el movimiento de las estrellas, la búsqueda de un lugar bajo el sol o las relaciones de los humanos con los objetos son temáticas recurrentes.