El proyecto Terra Ignis es una colección de obras realizadas en barro cocido entre 2009 y 2013 en Mallorca. Piezas de gran fuerza y dimensiones que evocan las señales emocionales de la condición humana, reflejadas, entre otros, a través de los famosos capos, aufàbies o gerres de Miquel Barceló.
Pintura primitiva
La cerámica es una forma de pintura para Barceló que no es exactamente cerámica sino barro cocido y, a veces, el barro no está ni siquiera cocido, ni siquiera está seco. «La cerámica es lo que recubre los barros cocidos, el esmalte lustroso que no llevan mis obras», comenta el artista.
Las 43 piezas monumentales seleccionadas recorren los diferentes espacios del Museu Nacional do Azulejo en Lisboa, referente internacional en la historia de la cerámica, donde conviven con las propias de su exposición permanente.
Además, en la muestra, que ha sido comisariada por Marta Sierra y presentada en el marco de la Mostra Espanha 2013 [1], se puede ver la proyección de Paso Doble, un espectáculo conjunto de Barceló y el coreógrafo Josef Nadj: «Un gran cuadro en el que ponemos nuestros cuerpos, es como una pintura original, originaria, en el sentido primitivo», explica Barceló.
Labor multidisciplinar
Miquel Barceló tuvo sus primeros contactos con la pintura desde muy joven, con su madre Francisca Artigues, a quien le gustaba pintar y con la que Miquel compartía esta afición. Asiste a partir de 1972 a l’Escola d’Arts i Oficis de Palma de Mallorca y ha sido considerado, desde muy joven, como uno de los mejores artistas europeos de nuestro tiempo. Recibió de forma temprana el reconocimiento internacional. Con 24 años participa en la Bienal de São Paulo (1981) y con 25 en la Documenta de Kassel (Alemania) en 1982.
Desde este momento, su obra es incluida en las más prestigiosas muestras internacionales, configurándose como una de las mayores revelaciones del arte español en los años ochenta. En 1986 se le concede el Premio Nacional de Artes Plásticas y, dos años después, instala su taller en Mali, un país en el que centra su fascinación por África.
Su labor artística abarca diferentes disciplinas, como la pintura, la escultura y la cerámica. Representante español en el Pabellón Bienal de Venecia en 2009, su obra ha sido expuesta en la Whitechapel de Londres, el Centre Georges Pompidou de París, el MACBA de Barcelona o el Louvre de París. En la pinacoteca francesa expuso en 2004 las acuarelas que creó para ilustrar La Divina Comedia, convirtiéndose en el primer artista contemporáneo que exponía en el Louvre.
En 2003 recibió el premio Príncipe de Asturias de las Artes y en 2008 inauguró la cúpula de la Sala XX del Palacio de las Naciones Unidas en Ginebra. Recientemente ha sido reconocido con el Premio Penagos de Dibujo 2011 e investido doctor honoris causa por la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona.