Escrita en 1833, se ha visto a Lorenzaccio como el drama de la juventud liberal francesa enfrentada a la gerontocracia de la Restauración borbónica (1814-1830), aquella que se consolida con la subida al trono de Louis Philippe. «No hay que profundizar mucho para encontrar paralelismos entre aquel reinado y nuestros días: juventud decepcionada, crisis económica, mundo político vulgar y cínico, valor absoluto de la economía, tendencias reaccionarias… Se podrían enumerar un sinfín de puntos comunes que estarían presentes en la puesta en escena», afirma la directora.
La obra transcurre en la Florencia del siglo XVI, una ciudad que estaba dividida por el amparo del emperador Carlos I de España y V de Alemania, que sostenía al Papa y a los pequeños principados italianos; y por los republicanos, que abogaban por la restauración de la constitución republicana y estaban apoyados por el rey de Francia, Francisco I. En este contexto, el joven Lorenzo de 19 años, estudioso de los héroes griegos y latinos, se compromete a restaurar la república, asesinando a su primo Alejandro. Pero en el camino acaba tan corrupto y oportunista como el duque.
Lado oscuro
Lorenzaccio tiene dos lecturas fundamentales: una política, centrada en la recuperación de las libertades florentinas, y una segunda que es el drama individual de Lorenzo de Medici, corrompido por su inconfesable entrega al poder, a su primo Alejandro, del que es amante y alcahuete a la vez, y empujado a cometer un tiranicidio, en cuyas consecuencias ya no cree y que, en última instancia, más bien parece un ensayo de su propio suicidio.
En palabras de Marnas, «lo que me atrae de esta obra es su lado más oscuro; una suerte de intuición, un eco a la vez poético y filosófico; Lorenzo como metáfora de nuestra inquietud, está al acecho de un rumor lejano, rumor de un futuro del que no se sabe si se trata del rugido del apocalipsis anunciado: la tesis más compartida y que se tiene más o menos integrada (catástrofe ecológica, demográfica, nuclear…), miedo que paraliza y conduce a la depresión que vivimos actualmente».
La obra es una reflexión dolorosa sobre la trivialidad de toda acción política, y sigue siendo la tragedia del desencanto, de los ideales defraudados, de la crisis de las ideologías, de la manipulación política. Si se analiza la historia de las democracias, los escándalos que las agitan, y los riesgos que corre la libertad, se puede comprender que esta lectura se haya convertido en una tendencia a partir de la segunda mitad del XX.
- De jueves a sábado a las 20.00 h. / Domingo a las 19.00 h.
- Versión original en francés con sobretítulos en español