La serie de Caprichos de Paloma Peláez surge tras un trabajo de investigación y recopilación de documentación sobre Grandville, tras su encuentro con L’autre monde, obra escrita e ilustrada por este autor. «Me interesó la conexión que se establecía con estos dibujos, fuertemente marcados por la crítica social, política e irónica, estados alucinatorios, humanización de animales, etc., todos ellos de exquisita imaginación».

A los dibujos de Grandville se sumaron las series magistrales de Goya los Caprichos, Desastres de la Guerra y Disparates.

Inconsciente

Más que hacer un trabajo a partir de Grandville, la autora ha querido crear una conversación en un juego incestuoso y cómplice, «y para ello me he servido de un diálogo a través intervenciones de pintura sobre sus dibujos según me sugerían las imágenes y también de manera inconsciente, añadiendo formas nuevas y otras que, mediante tapados intencionados, iban modificando los textos ya existentes, creando así nuevos juegos de palabras, capaces de transformar también el lenguaje en material artístico».

En su obra, la artista ha mantenido como hilo conductor el interés artístico y literario por el inconsciente, siendo el resultado final una superposición de distintas formas de expresión tanto conceptual como estilística, que devuelven al espectador estas imágenes originales a la contemporaneidad.

El arte a menudo se nutre de obras ya existentes en la historia y es el artista, con su elección, quien se inscribe en una memoria cultural determinada. De esta forma, una obra adquiere su pleno significado en función de obras anteriores contenidas también en ella, creándose así un juego donde toda obra es el espejo de otras.