El estudio técnico y la restauración llevados a cabo por José Luis Merino Gorospe muestran el excelente estado de conservación de las tres obras, que se conservan en su primera tela y se encuentran clavadas sobre los bastidores originales del siglo XVIII. Los especialistas en la obra de Goya Juliet Wilson-Bareau y Xavier Brayhan han abordado el estudio histórico-artístico de las pinturas, resaltando su originalidad dentro de la primera producción retratística del pintor.
Las conclusiones del estudio y restauración se recogen en la publicación digital Los Goyas de Zubieta. Retratos de la familia Adán de Yarza [1], que incluye, además, un artículo biográfico sobre los protagonistas de los retratos y otro sobre los avatares de las obras durante la Guerra Civil.
Se trata de los retratos de Francisco de Goya de tres miembros de la familia vizcaína Adán de Yarza, originaria de Lekeitio y cuyo linaje se remonta al siglo X. Representan a Bernarda Tavira, viuda y madre de Antonio Adán de Yarza, quien contraería matrimonio en 1787 con María Ramona de Barbachano. La historia de esta casa está documentada en el estudio Antonio Adán de Yarza Tavira (1761-1835), que han llevado a cabo Susana Serrano Abad, profesora de Historia Contemporánea de la Universidad del País Vasco, y Mikel Urizar, jefe del Archivo del Bellas Artes.
Pintados en Madrid seguramente en torno a la fecha del enlace, son ejemplo de la intensa actividad retratística de Goya hacia 1790, cuando era pintor de cámara del rey. Las pinturas fueron protegidas por el Gobierno vasco para su salvaguarda durante los primeros meses de la guerra y trasladadas a Francia en 1937. Desde entonces, y sin cambiar de propiedad, han permanecido seguras, pero en el más absoluto anonimato, fuera de España.
En noviembre de 2017, el deseo compartido de la familia, los expertos y el Museo de Bellas Artes de dar a conocer las obras fructificó definitivamente, accediendo, tras la realización de la documentación técnica básica en el Museo del Prado, al traslado de las obras al museo de Bilbao para su estudio y restauración bajo la dirección de Gorospe, que ya restauró el Retrato del poeta Moratín (1824) de Goya de la colección del Bellas Artes.
La labor de limpieza ha concluido recientemente. Las obras se encontraban muy sucias y nunca habían sido restauradas, pero, tras la limpieza, se pudo comprobar que estaban en un estado de conservación admirable. Su condición de obras intactas permitió también que el retrato de Bernarda Tavira conservara hasta hoy un papel autógrafo de Goya con el nombre de la retratada pegado en la parte posterior del lienzo.