Chillida, uno de los artistas españoles más internacionales de la segunda mitad siglo XX, es también el escultor más reconocido de este periodo. Su éxito reside en la riqueza de su propuesta, la calidad plástica y en su carácter constantemente renovador, que le lleva a estar siempre buscando y encontrando nuevas líneas estéticas, sin perder nunca la coherencia.
Esta riqueza se debe en gran parte a su valentía para afrontar nuevos retos con diferentes materiales, desde el yeso, al alabastro, hierro, acero, piedra, hormigón, madera, mármol, terracota, papel… En Chillida, el material deja de ser un mero soporte para ser un agente activo con el que el artista establece un diálogo, y juntos generan nuevas obras sorprendentes, muy diferentes a las creadas en otros soportes.
En la muestra se expone una obra en hierro de 1952 titulada Tres I, en la que el donostiarra toma tres hoces de hierro y las transforma en una composición escultórica que dialoga con el espacio que habita, del mismo modo que lo hará años después su Peine de los Vientos XV.
En las piezas de acero busca más la monumentalidad, que se observa en obras presentes en la exposición como Topos, Estela VII de 1988, o la famosa Gure Aitaren Etxea, que se encuentra en la Casa de Juntas de Guernica, de la que exhibirá un estudio en acero de 1987. También en acero estará presente Locmariaquer VI (1989), pieza realizada a partir de una plancha metálica que Chillida cortó y plegó geométricamente, y de la cual estaba particularmente satisfecho.
También se muestran dos de sus esculturas en tierra cocida, trabajos elaborados en Saint Paul de Vence (Francia) donde aúna en una sola pieza el carácter volumétrico del bloque con el dibujo geométrico que imprime en él ya sea por incisión o aplicación de óxido.
Mención especial merecen sus obras sobre papel. Lejos de ser bocetos, constituyen otro campo donde Chillida desarrolla su investigación estética con el mismo interés que en el resto de su obra escultórica. Se exponen desde sus tintas más gestuales de finales de los 50 y principios de los 60, a sus dibujos de manos, collages con brea, y especialmente un importante grupo de Gravitaciones, donde el papel deja de ser un soporte para convertirse en un elemento volumétrico de carácter escultórico.
La exposición se realiza en colaboración con la Fundación Eduardo Chillida Pilar Belzunce y con la Galería CarrerasMugica de Bilbao, lugar donde viajará una vez finalice en Madrid. Con motivo de la exposición se ha publicado un catálogo billingüe acompañado de un ensayo de Germán Huici.