Influenciado por el Barroco y por los movimientos de vanguardia Expresionista y Fauvista, León utiliza a los nazarenos de la Semana Santa con el rostro cubierto por el capirote o capuchón para camuflar la crisis de valores o los problemas derivados de la difícil situación económica.
Con un estilo muy definido y el uso cuidado del color, el artista sevillano consigue plasmar en sus pinturas gestos y actitudes comunes, pero que en sus personajes adquieren una dimensión diferente: realmente, bajo la máscara se esconde una reflexión más profunda sobre el ser humano. Con ellos, el artista quiere llamar la atención sobre los anhelos y miedos a los que cada individuo tiene que enfrentarse en la época actual.
Reflexión
El visitante que acuda a la exposición podrá reflexionar sobre la prima de riesgo, discutir cómo afecta la ausencia del crédito en las pymes, aprender que la corrupción no es nueva… Manuel León dibuja escenarios donde nada es lo que parece, aunque lo que parece está tamizado por una luz que no facilita ver el contorno depurado de los límites de la figura en un ejercicio de pérdida del valor del detalle, escapando de idealizaciones impropias y apostando por el valor pictórico de personajes clave.
Este es un proceso realizado desde la libertad más absoluta, ajena a cualquier planteamiento académico. Y ello no es contradictorio con que las escenas teatralizadas y exageradamente dramáticas definan continuamente intencionalidades contradictorias del pintor como un traidor a la tradición y un francotirador de cualquier idea que sea susceptible de ser previsible.