Esta muestra forma parte de nuestro especial 15 exposiciones extraordinarias junto al mar. ¿Quieres ver el resto de recomendaciones? [1]
Los personajes de esta serie aportan variantes individuales de un mismo gesto común, tapar el rostro con sus manos a la vez que forman una W con los dedos, dejando al descubierto la mirada. No es la primera vez que el artista recrea personajes que ocultan de alguna forma su rostro en un marcado gesto de introspección. Sin embargo, en esta serie deja al descubierto la mirada, forzando reiteradamente la apariencia de la letra W del alfabeto, que hace referencia a la omnipresente Web 2.0, para desvelar una reflexión sobre los nuevos instrumentos socioculturales que atrapan al hombre actual.
El artista y sus personajes devuelven esa actitud vigilante en confrontación a la vigilancia general de los sistemas que nos conectan y nos observan. Esta serie es un ejemplo más de coherencia en la trayectoria artística de González Fernández, al mostrar características y claves que están muy presentes en toda su producción, como el carácter seriado en el sistema de trabajo o la representación del hombre como elemento fundamental del proyecto, además del lenguaje estético, que parte del realismo y de su relación con las aportaciones plásticas que le proporciona el mundo de la fotografía.
Con esta instalación se propone un recorrido por el edificio y por una selección de obras de la colección permanente con las que comparten espacio personajes de Doblemente vigilados, que observan algún cuadro de la sala, entablando un sútil juego en el que se ve implicado el visitante, creando en él una sucesión de estados intercomunicativos que van de la duda al vínculo y al diálogo hasta que termina desentrañando su significación final.
Con esta muestra el museo se convierte, una vez más, en espacio de experimentación, donde la pintura clásica y la actual se relacionan en un peculiar diálogo que genera nuevas lecturas y perspectivas sobre el arte, además de ofrecer la posibilidad de interactuar entre los distintos componentes que lo integran.
Por otra parte, esta iniciativa brinda la oportunidad no solo de conocer el trabajo reciente de este artista gallego, sino de tener también una visión de su repertorio artístico anterior, al ser posible una imbricación de Observadores observados con otra de sus serie secuenciales, On the move (1993), que posee el Museo.