Durante toda su vida artística, Cartier-Bresson tomó un amplio número de retratos, habitualmente de personas anónimas, pero también de celebridades relevantes en el mundo del arte y el pensamiento de su época.
La muestra que acoge la sede madrileña de la Galería Michel Soskine mezcla imágenes de personalidades con otras instantáneas de sujetos anónimos. Todas estas imágenes actúan como un espejo que refleja la época y el contexto en que fueron tomadas, función que la cámara de Cartier-Bresson logra con una gran cercanía. El fotógrafo parece volver invisible su cámara, haciendo gala de una sutileza que se adentra en el terreno de lo íntimo.
Quien fundara en 1947 la agencia Magnum Photos junto a Robert Capa, George Rodger, David ‘Chim’ Seymour y William Vandivert, padre además del concepto del «instante preciso» (ese momento único, irrepetible y azaroso en el que tomar la fotografía perfecta de lo que se tiene delante), llega a Madrid con la personalísima mirada de uno de los grandes fotógrafos del siglo XX, desaparecido hace ya diez años.