Con esta muestra, realizada ex profeso para este espacio, Núñez presenta una sucesión de paisajes en forma de bustos humanos desfigurados, donde parece mostrar la dicotomía entre lo orgánico y lo inerte, lo mutante y lo estático, lo próximo y lo lejano, conceptos que en su proyecto van inseparablemente unidos, como tratando de dejar constancia del inexorable ciclo vital al que todo y todos estamos sometidos.
Marina, de una forma muy visual y poética, parece querer demostrarnos que para crear previamente es necesario destruir y que la propia destrucción constituye del mismo modo una creación en sí misma, conduciendo así a una metamorfosis continua e infinita. En el espacio interior se muestran sus seísmos en dos formatos distintos, uno fotográfico en los muros del vestíbulo y otro a través de vinilos adheridos a las cristaleras de la recepción.
En el espacio exterior de proyección se presentará un programa continuo de vídeos realizados por la artista en los últimos 10 años, en los que se puede observar toda su trayectoria artística, apreciándose su constante reflexión e investigación poética sobre el cuerpo y la visión como los ejes esenciales de la construcción del ser contemporáneo. Una proyección que se puede ver de 21.00 a 23.00 h.