Ahora, la Fundación MAPFRE, en colaboración con el Museo Sorolla y la Fundación Museo Sorolla, se une a la conmemoración del centenario del fallecimiento del pintor con la exposición Los veranos de Sorolla, que hasta el 7 de enero acerca al visitante, a través de una selección de 40 obras, la mitad de ellas de pequeño formato, a las manifestaciones que estas nuevas ideas sobre el mar tuvieron en la obra y en la propia vida del maestro. En este sentido, la propuesta abarca tanto las escenas de la costa mediterránea, en las que predomina el aspecto lúdico del disfrute del mar, como las ambientadas en la costa cantábrica, que transmiten el ambiente social de los veraneantes de las clases altas de San Sebastián, Zarauz y Biarritz.
Casilda Ybarra, comisaria de la muestra, destaca que éste era para Sorolla su «tema predilecto y el que, a lo largo de los años, se convirtió en su principal seña de identidad. El recorrido que planteamos, sin la ambición de ser exhaustivo, invita a reflexionar sobre la sociedad de entre siglos, sus usos y costumbres. Acompañamos a Sorolla en algunos de sus veranos más señalados, desde los iniciales, muy ligados a la búsqueda de temas con los que triunfar internacionalmente, hasta los últimos de su vida, cuando la pintura que realiza durante sus estancias veraniegas se transforma en metáfora del propio y anhelado descanso».
Para Ybarra, las escenas de playa de Sorolla contribuyen a subrayar la modernidad de su pintura, que se aprecia en la elección de la costa como tema, en el encuadre de las composiciones y su vínculo con el lenguaje fotográfico, en la espontaneidad de la captación del natural, en el dominio en el tratamiento del color o en el uso de los efectos de la luz para la creación de los volúmenes.
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Trabajo… y felicidad
El verano concebido como tiempo de descanso contrasta con la intensa actividad pictórica que despliega Sorolla precisamente durante el periodo estival. Es el momento del año que le brinda la oportunidad de trabajar en su tema más querido. Los veranos de Sorolla nos acerca a las manifestaciones que las nuevas ideas sobre el mar tuvieron en la obra y también en la vida del pintor, y muestra cómo la temática del veraneo es clave para entender la modernidad de su pintura en paralelo al desarrollo de este concepto.
Como cierre del itinerario que plantea la exposición encontramos al pintor en la última etapa de su carrera, cuando, en los paréntesis del gran esfuerzo que le supone el encargo de la Visión de España para la Hispanic Society of America, realiza obras como Sacando la barca (1916), Pescadora valenciana con cestos (1916) o Niños buscando mariscos (1919). Sorolla se entrega entonces al reposo y la felicidad que le proporciona la dedicación a su tema predilecto, las escenas de trabajo y ocio en el mar.