En la muestra se refleja la versatilidad de Bourgeois en el campo de la obra gráfica, su fértil imaginación y sus características imágenes, impactantes y provocativas, en contraste con otras de una entrañable sencillez con notas de humor.
La ironía, la sensualidad y la ternura comparten protagonismo con la rabia, la agresividad y la tristeza que la artista muestra descarnadamente en toda su obra. Referencias a la sexualidad, a su condición de mujer y una fuerte crítica a los valores masculinos encarnados por la figura paterna son una constante en sus creaciones.
En ocasiones, su trabajo puede llegar a perturbar al espectador, la artista era consciente de que producía tal efecto en el público y jugaba con este poder. Ella misma afirmaba que “un artista es capaz de mostrar cosas que a otras personas les aterraría expresar”. Precisamente, el hecho de atreverse a ir más allá de lo establecido en el mundo del arte la convirtió en una pionera en su campo.
«Soy lo que hago»
La obra de Bourgeois nace como resultado de una necesidad de registrar sus propios estados de ánimo, no estableció nunca una separación entre arte y vida.
Puramente autobiográfica, su obra fue también su medio definitivo de catarsis y canalización de instintos primarios al descubrir desde una edad temprana que mediante la labor manual podía sosegar los sentimientos de impotencia que la dominaban en su interior.
Así, ella misma afirmó: “No soy lo que soy, soy lo que hago con mis manos”.