Cuando se cumplen 110 años de su estreno en la capital, esta ópera regresa al Real para representar, como pocas, el choque entre dos culturas, la tradicional de un oriente que empieza a desaparecer frente al creciente y moderno Occidente, contraponiendo la inocencia y la bondad al egoísmo avasallador, construyendo así un drama arrebatador. Pero se trata también de una extraordinaria reflexión musical de Puccini, que aúna con delicadeza la música tradicional japonesa con su estilo inconfundible para dar un paso adelantado a su tiempo.
El drama de Cio-Cio San, «es un clásico porque ha traspasado la barrera del tiempo y seguimos emocionándonos con él», asegura Mario Gas. La joven geisha adolescente que se enfrenta a su familia y a su cultura por el amor del oficial de la marina estadounidense B.F. Pinkerton, quien entiende la relación como un mero entretenimiento durante su estancia en Japón, ha conmovido a generaciones de aficionados y tuvo un lugar preeminente en la vida de Puccini hasta el último de sus días.
En un plató
En el montaje de Gas, quien cuenta con la colaboración de Ezio Frigerio en la escenografía, y Franca Squarciapino en el vestuario, la acción está ambientada en un plató del Hollywood de los años 40 y el público asiste al doble efecto de la acción, el de la historia de los personajes y el de la película, que puede verse en las pantallas de la sala. «En este montaje hay una crítica velada al imperialismo, tan presente aún hoy», destaca el director.
Las sopranos Ermonela Jaho y Hui He se alternarán en las funciones para ponerse en la piel de la joven Butterfly. Jaho resalta la pasión que el compositor imprime a sus personajes femeninos, algo que «llega a ser una tortura para las cantantes porque hay una tensión enorme que se tiene que transmitir al público». Estas compartirán escenario con los tenores Jorge de León, Andrea Carè y Vincenzo Costanzo, en el papel de Pinkerton, y Ángel Ódena, Vladimir Stoyanov y Luis Cansino como Sharpless.
La música inmortal de Puccini encuentra el pilar perfecto en el libreto construido por Giuseppe Giacosa y Luigi Illica, basado en la obra teatral homónima de David Belasco, quien a su vez busca inspiración en el relato de John Luther Long, probablemente cercano a más de un hecho real. Para dirigirla, Marco Armiliato se pone al frente de la Orquesta Titular del Teatro Real. En sus propias palabras, «es una de las óperas más difíciles y complejas porque Puccini siempre lleva al límite la pasión, pero al mismo tiempo hay que controlar mucho la técnica».
Ópera accesible
En torno a este estreno, y como parte de la celebración de la Semana de la Ópera, tendrán lugar dos importantes acontecimientos. Hasta el 27 de agosto se puede visitar en el Museo Thyssen-Bornemisza Madama Butterfly y la atracción por Japón, una exposición que pone de relieve la fascinación por Japón que recorrió Occidente en el último tercio del siglo XIX.
Por otro lado, el 30 de junio se retransmitirá la ópera de forma gratuita a toda España y numerosos puntos fuera de nuestras fronteras. Plazas, auditorios y centros culturales de toda España participan en una iniciativa que pretende «acercar la ópera a todos los públicos», explica Ignacio García-Belenguer, director general del Teatro Real. En total se retransmitirá a más de 200 municipios de todas las comunidades, además contará con tres grandes pantallas ubicadas en la Plaza de Oriente de Madrid y otras cuarenta similares distribuidas por plazas y jardines de toda la geografía española.
En Madrid se podrá seguir la retransmisión en 21 distritos de la ciudad, con la colaboración de Veranos de la Villa, en plazas, cines de verano, auditorios y centros municipales de cultura. Aquellos que no puedan desplazarse a ninguno de los puntos de emisión tendrán la oportunidad de seguir la retransmisión a través del canal de Facebook del Teatro Real, conectándose de forma gratuita a Palco Digital, plataforma online del Teatro, o por el canal The Opera Platform.
La 2 de Televisión Española emitirá la representación esa misma noche, a partir de las 22.00 h, y como en otras ediciones también participarán de la iniciativa los museos y centros de arte más importantes del país, que abrirán sus auditorios y habilitarán salas para la proyección.
Entre ellos se encuentran el Museo del Prado, el Museo Arqueológico Nacional, el Círculo de Bellas Artes, la Filmoteca Nacional, la Fundación Giner de los Ríos, la Residencia de Estudiantes y la Fundación Canal de Isabel II en Madrid; el Centro Niemeyer de Avilés; el Museo Guggenheim Bilbao; Museo Carmen Thyssen Málaga y Colección del Museo Ruso San Petersburgo, de Málaga; Museo de las Ciencias de Castilla-La Mancha, en Cuenca, y el Museo Diocesano de Barbastro-Monzón, en Huesca, entre otros.
Madama Butterfly cruzará nuestras fronteras para llegar al Instituto Cervantes de Pekín (China) y a distintos puntos de Colombia y México, entre otros países. En Europa la conexión se hará a través de The Opera Platform.