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Marina Abramović abraza el vacío

Además, Holding Emptiness incluye fotografías y vídeos de las diferentes etapas creativas de esta precursora del Performance Art que a lo largo de su trayectoria ha llevado hasta el extremo su inquietud artística, experimentando con métodos, técnicas e instrumentos para conseguir transmitir su obra al espectador.

“Estoy interesada en un arte que perturbe y rompa el momento de peligro; por eso el público tiene que estar mirando en ese momento y dejar que el peligro se concentre. Esta es la idea, concentrarnos en el aquí y el ahora”, con esta declaración, Marina Abramović (Belgrado, 1946) resume la intención que persigue con su trabajo.

Compromiso vital

Para Fernando Francés, director del CAC Málaga y comisario de esta muestra, Abramović «es, sin duda, una artista que supo entender que la performance no era la suerte de moda de un momento cumbre del arte internacional, ni siquiera lo concibió como un vehículo, como un género, capaz de expresar mejor sus ideas y preocupaciones, sino que pronto entendió que era una forma de vida, una manera nueva de evidenciar su compromiso vital con su compromiso artístico, aunque quizá las dos cosas sean lo mismo».

La exposición presenta el trabajo de la artista a lo largo de su trayectoria: sus inicios en la década de los setenta con fotografías de sus performances, en blanco y negro, como Art must be beautiful, Artist must be beautiful (1975/2010), en la que aparece cepillándose el pelo de forma violenta, hasta hacerse daño, repitiendo la frase del título, o Rhythm 10 (1973/2010), que consiste en darse cuchilladas entre los dedos de la mano y cada vez que se cortaba, cambiaba de cuchillo. El juego se repite varias veces con ayuda de una grabadora que registraba los golpes.

También quedan reflejadas las performances realizadas con Ulay, que también fue su pareja sentimental. Con trabajos como Relation in Time (1977/2010), en la que ambos permanecieron 17 horas de espaldas entrelazados por su pelo, o Anima Mundi: Pietà (1983/2002), en este caso es una fotografía a color, en la que representa uno de los temas de la iconografía cristiana: La Pasión. En la imagen, la artista sostiene en brazos a Ulay. Entre 1975 y 1988 es el periodo en el que trabaja con el artista alemán. Su complicidad dio lugar a una serie de trabajos en los que se aborda las relaciones de parejas y términos antagónicos, como son la soledad/compañía; masculino/femenino y deseos/prohibiciones.

cac abramovic [1]

Objetos transitorios

Una vez rota su relación con Ulay, se replantea su trabajo, esta vez en solitario. Después de realizar sus viajes a China, India y Brasil a finales de los ochenta y principio de los noventa crea los objetos transitorios, que, según define la artista, son un grupo de obras “diseñadas para provocar experiencias físicas o mentales en el público a través de la interacción directa. Cuando se logra la experiencia, los objetos pueden dejar de utilizarse”. Chair for Human Use with Chair for Spirit Use (I), (2012) son prototipos de estos objetos.

Su trabajo en solitario está centrado en el cuerpo y en la energía con trabajos como el tríptico The Artist is Present (2010/2013), realizada a partir de la performance en el MoMA en la que invitó a los espectadores a que se enfrentaran a su mirada en una de las salas de museo.

También se puede ver en el CAC una serie de 30 dibujos que se expone por primera vez y que proviene de tres cuadernos realizados durante sus viajes a Brasil en la década de los noventa. La exposición se completa con los vídeos que graba para este medio de sus performances sin público.