Es por ello que algunos artistas contemporáneos recurren a ella para entender algunas cuestiones del pasado cercano y para construir nuevos imaginarios en torno a la significación de la dictadura, que permitan resituarla conceptual, icónica, emocional y políticamente. Cómo vivir con la memoria incluye 23 obras en diferentes medios –fotografía, vídeo, instalación o dibujo–, de los artistas Toni Amengual, Sergio Belinchón, David Bestué, Albert Corbí, Juan Cruz, Domènec, Chus Domínguez, María García Ruiz, Alejandro S. Garrido, Iñaki Gracenea, Fran Meana, Rosell Meseguer, Txuspo Poyo, Ignasi Prat, Fernando Sánchez Castillo, Santiago Sierra y Begoña Zubero.
En las obras y en la actitud de los artistas presentes en la exposición surgen preguntas sobre cómo interpretar las arquitecturas, los símbolos o los imaginarios; y sobre cómo convivir con ellos. Esas preguntas, que apelan al visitante, han determinado la selección de piezas que componen la muestra, que está dispuesta siguiendo algunas de las tipologías constructivas que ordenan y estructuran la vida personal y social: arquitecturas defensivas, militares y represivas, centros de educación, construcciones domésticas (casas particulares, pueblos de colonización, barrios para acoger la éxodo del campo a la ciudad, poblados para minorías racializadas), arquitecturas coloniales, grandes infraestructuras de ingeniería y, en la última parte de este periodo, edificios destinados al turismo.
Herencia arquitectónica
La exposición toma su título del texto Entrados ya en el último cuarto de siglo (1978), de Rafael Moneo, en el que el arquitecto se pregunta: “¿Cómo ser capaces de vivir ahora con nuestra memoria?”, en referencia a la herencia arquitectónica a la vista en ese periodo que trataba de superar la inercia tardofranquista. La arquitectura tiene una fuerte impronta social, ya no sólo por cuestiones estrictamente prácticas, sino sobre todo por aspectos simbólicos de gran alcance derivados de su presencia en el espacio público y en el imaginario colectivo. Es por ello que, especialmente en algunos momentos históricos como es el caso de la dictadura, la arquitectura es decisiva: en ella se plasma un modelo político, un modelo de desarrollo económico y una manera de dar forma a las instituciones que regulan la vida en sociedad: la familia, el trabajo, la universidad, los transportes, la defensa, etc.
Sin embargo, Cómo vivir con la memoria no es tanto una exposición de arquitectura de la dictadura como una muestra de las construcciones visuales y discursivas que los artistas contemporáneos han producido en torno a ella. Citando, revisando, rememorando, criticando y poniendo en evidencia algunas de las arquitecturas del franquismo es cómo los y las artistas actuales acceden a la complejidad de los hechos, las imágenes y las construcciones, como una suerte de indagación en un pasado que todavía tiñe el presente.