Se trata de la primera exposición que la Fundació organiza en Brasil, y puede visitarse del 24 de mayo al 16 de agosto en el Instituto Tomie Ohtake [1], en São Paulo, y del 2 de septiembre al 14 de noviembre en la sede del MASC – Museu de Arte de Santa Catarina [2], en Florianópolis.
«La materia, el instrumento, me dicta la técnica, un medio para dar vida a una cosa […] En mi pintura, una pequeña línea con una forma gruesa al final es un imprevisto, yo soy el primer sorprendido […] Más que el cuadro mismo, lo que cuenta es lo que lanza al aire, lo que difunde». Con estas palabras, recogidas por Yvon Taillandier en una entrevista del año 1959, Miró reflexiona sobre la importancia de la experimentación con la materia en su obra y sobre la libertad y los efectos de la creación en diversos soportes.
Joan Miró. A força da matéria recoge una amplia representación de esta experimentación matérica, con 114 obras de la Fundació y de la familia del artista, presentadas en cuatro salas. La muestra incluye pinturas, dibujos, esculturas y obra gráfica realizados entre los años 1931 y 1981.
De la guerra a Palma
En la primera sala se exhiben telas y dibujos de entre 1931 y 1944, la mayor parte de los cuales producidos bajo la influencia de la Guerra Civil Española y la Segunda Guerra Mundial. De esta manera, estas obras sintetizan la tragedia del momento y muestran el nuevo lenguaje simbólico que Miró acaba de configurar.
El traslado de Joan Miró en 1956 a Palma de Mallorca, donde su amigo el arquitecto Josep Lluís Sert le había diseñado un taller, es el punto de partida de las piezas expuestas en la segunda sala. Las obras pictóricas de este espacio muestran como Miró, con el deseo de alcanzar una manifestación artística cada vez más anónima, libera su gesto. En la madurez de su carrera, un interés continuado per la materia y sus posibilidades lo llevan a trabajar con profusión la escultura en bronce, representada también en esta sala. Miró utiliza el procedimiento de la cera perdida para dar vida a nuevos personajes a partir del ensamblaje de objetos provenientes principalmente del entorno natural y popular.
Destruyendo y creando
La tercera sala reúne una serie de obras de los años setenta, en las cuales Miró continua cuestionándose el sentido final de la pintura sin llegar nunca a abandonarla. Con la intención de eliminar todo aquello que la pintura tiene de ilusión, la somete a las prácticas más heterodoxas –por ejemplo, agujereando sus telas– al mismo tiempo que utiliza o reaprovecha los soportes más inusuales, maderas, papel de lija, pinturas de estilo pompier, etc. Destruyendo y creando a la vez, el artista provoca al espectador y cuestiona el valor económico de la obra de arte.
El último espacio de la exposición está dedicado a la obra escultórica y gráfica de Miró, modalidades con inmensas posibilidades técnicas que se ven aumentadas por el trabajo de colaboración con los artesanos. Destacan sus trabajos con carborundo –un abrasivo artificial a base de carbón en polvo y silicio–, que le permiten enriquecer la materia y potenciar el trazo de los grabados. En cada una de estas disciplinas, Joan Miró desafía la técnica buscando la libertad de expresión que ha conseguido con la pintura.
Joan Miró. A força da matéria cuenta con la colaboración de la filial brasileña de Abertis, Arteris. El Instituto Tomie Ohtake, inaugurado en noviembre de 2001, ocupa una superficie de 7.500 metros cuadrados en São Paulo dedicados a presentar las últimas tendencias artísticas.