Sakamoto lleva dedicándose a la elaboración del Nihon-shi, papel tradicional japonés, desde hace décadas. Comenzó por experimentar con la fabricación artesanal de papel, para luego empezar a teñirlo y finalmente dibujar sobre él.
Aunque este papel es originario de China (anterior al siglo II), los monjes budistas que lo emplearon para escribir sutras lo llevaron a Japón en 610, donde se consiguió la maestría doscientos años después. En 2014, la UNESCO lo declaró Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Al igual que en todas las formas de arte japonesas, el budismo Zen también tiene una gran influencia en el trabajo de Naoaki Sakamoto. Como parte del proceso de creación de sus obras en papel, una disciplina espiritual le lleva a centrarse en la meditación y contemplación de la naturaleza, ya sea de origen japonés, australiano o irlandés. De hecho, varias obras de esta exposición pertenecen a series producidas mientras viajaba por el mundo. Todas las obras son fieles a su compromiso y respecto por la naturaleza misteriosa de los cuatro elementos, comprendidos en la estética Zen.
Recursos más sutiles
En sus paisajes abstractos en papel, Sakamoto hace uso de pinceles de crin, tinta china y pigmentos naturales, junto con materias primas como polvo de piedra, cenizas o rastros vegetales, cuyas formas permanecen incrustadas dentro del papel. Como el arte Zen no intenta crear una ilusión de realidad, su ejecución permite una gran economía de medios. El artista intenta sugerir por los medios más sencillos y con los recursos más sutiles la naturaleza inherente del objeto estético. Este concepto de “esencia” frente a “ilusión” es prominente en la estética de las obras expuestas.
Su proceso creativo posee un cierto grado de experimentación debido al uso incontrolable de algunos elementos. En palabras del propio artista: «No sólo el papel, también el sol, a veces la lluvia y el rocío de la mañana contribuyen a la aparición del color. En el transcurso del tiempo, todos los elementos alrededor de los pigmentos y del papel, incluido yo, participan y aparecen en el papel como un patrón».