Considerada una de las obras más destacadas de la fotografía contemporánea, The Brown Sisters fue adquirida por la Fundación en 2007 dando con ella inicio a su colección de fotografía. Compuesta por los retratos de la mujer del fotógrafo, Beverly Brown (Bebe), y de sus tres hermanas, tomados cada año desde 1975, esta serie es una de las investigaciones sobre el retrato y el tiempo más convincentes de la fotografía contemporánea.
Conocido por la intimidad, la complicidad, la empatía y el respeto que transmiten sus fotografías en blanco y negro, Nixon comenzó retratando a gente en los porches de sus casas. Tras instalarse en Boston en 1974, la ciudad y sus alrededores pasaron a protagonizar sus escenas. En 1983 comenzó a retratar a ancianos alojados en residencias, un trabajo que se prolongará a lo largo de los años y que se relaciona con otro muy conocido, People with AIDS (1988) –recogido más tarde en formato libro–, así como con el proyecto Parejas, en el que comenzó a trabajar en el año 2000. Todos ponen de manifiesto su interés esencial por las relaciones humanas y muchos de ellos continúan abiertos y en constante evolución, como sucede en el caso de Las hermanas Brown.
Nixon ocupa un lugar destacado y singular en la historia de la fotografía de las últimas décadas, compaginando su actividad personal como fotógrafo con, hasta 2017, la de profesor de esta disciplina en el Massachusetts College of Art de Boston.
Las hermanas Brown también forma parte de los fondos de instituciones como el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York, donde se presenta en la colección permanente; la National Gallery of Art de Washington, el Museum of Fine Arts de Houston (Texas), el Fogg Art Museum de Cambridge (Massachusetts) o la Maison Européenne de la Photographie de París.
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El comienzo
En 1974, con motivo de una reunión familiar, Nixon realizó un retrato de grupo de su esposa y sus tres cuñadas. Entonces Bebe tenía 25 años y sus hermanas Heather, Laurie y Mimi 23, 21 y 15, respectivamente. La toma no satisfizo sus expectativas, pero al año siguiente volvió a intentarla y obtuvo mejores resultados, convirtiéndose en la fotografía inaugural de una de las series más conocidas en el ámbito de esta disciplina.
Desde entonces, cada año, Nixon repetiría la experiencia. Él mismo recuerda: «Las fotografías fueron totalmente casuales. A todos nos gustó mucho una y de ahí el impulso del que salió la idea. La misma que se les ocurre a la mayoría de los padres».
Las fotografías familiares son una constante en la obra de Nixon. En el caso de las hermanas no se puede obviar el aire de álbum familiar que emana de la serie y que retrotrae a momentos pasados. Su fuerza reside en la reiteración y en el cambio de ritmo dentro de esa repetición. Cada una de las imágenes toma cuerpo y sentido en relación con las demás.
En ocasiones, el propio fotógrafo se cuela a través de una sombra o de unos dedos visibles en una esquina, lo que recuerda que él también forma parte del grupo.
https://youtu.be/LqsK18bLipM