Como explica Way, «Norma fascina no solo por el intenso drama, el deslumbrante lirismo y la sólida estructura que la hace constituirse en el apogeo de las óperas belcantistas de la era romántica. La intención confesa de Bellini era hacer llorar a su público y por ello nos lleva a varios niveles hasta lo más profundo de su universo emocional». Esa belleza melódica enmascara una enorme dificultad vocal, especialmente en el papel protagonista, y con ella Bellini manipula como nadie las emociones más encendidas del melodrama.
Posee, además, una extraordinaria dramaturgia que muestra con valentía sentimientos y actitudes casi ocultos hasta entonces en la mujer. Es, quizá, esa percepción fuerte y moderna del mundo femenino la que hace de esta ópera uno de los títulos más esperados de la temporada. Joan Matabosch, director artístico del Real, recuerda que Norma «vive dos vidas imposibles de conciliar. Por un lado, en un contexto de gran inseguridad política, es la líder moral y religiosa de su comunidad, la virgen que dicta sus leyes y sus acciones de resistencia. Y, por otro, es una madre que ha tenido dos hijos ilegítimos con un amante que, encima, es el mayor enemigo de su pueblo. La incongruencia de su vida va a explotar tarde o temprano, y Norma es la historia de esta explosión y de sus consecuencias».
Un viejo teatro…
Justin Way sitúa la acción en el interior de un viejo teatro italiano con toda la compañía ensayando precisamente Norma. En el exterior, el siglo XIX, que ha comenzado marcado por el Congreso de Viena tras la derrota de Napoleón, mantiene el norte de Italia bajo la dominación austriaca, lo que provoca el nacimiento de los primeros movimientos nacionalistas. Entre ambos mundos, los dos intérpretes principales de la función mantienen una relación secreta sometida a tensiones personales y sociales en un conflicto que no saben gestionar. La propuesta plantea un paralelismo entre el argumento de la ópera y la realidad histórica del momento de su estreno en Milán en 1831, ofreciendo al espectador la dualidad prima donna/Norma, austriacos/romanos, coro/patriotas italianos…en una narración de la que es doblemente observador.
La escenografía de Charles Edwards reproduce la estructura de ese teatro en decadencia, con viejos telones pintados similares a los utilizados por los grandes ballets románticos, y el vestuario de Sue Willmington dibuja una indumentaria para druidas y romanos, muy al gusto de la época, alternándose con figurines decimonónicos para la vida “real”. Nicolas Fischtel, responsable de la iluminación, evoca las candilejas de los escenarios de otros tiempos, cuya cálida luz contribuye al juego onírico en el que conviven ambas realidades.
El maestro Marco Armiliato, de cuya sensibilidad ya se pudo disfrutar en el Real con Tosca (2004) y Madama Butterfly (2017), regresa al foso para ponerse al frente del Coro y la Orquesta Titulares, junto a un doble reparto encabezado por la soprano grancanaria Yolanda Auyanet –a quien se pudo escuchar en Madrid como Vitellia en La clemenza di Tito (2016); Mimi en La bohème (2017) y Liu en Turandot (2018)– y la rusa Hibla Gerzmava, intérprete de Leonora en Il trovatore del Real de 2019.
Completan el trío protagonista los tenores Michael Spyres y John Osborn, encarnando al romano Pollione, y las mezzosopranos Clémentine Margaine y Annalisa Stroppa, dando vida a la virginal Adalgisa. El papel de Oroveso estará en manos de los bajos Roberto Tagliavini y Fernando Radó.
Enfoques en vivo y en línea
En torno a este ópera, el Teatro Real ofrecerá una nueva sesión de Enfoques en la que participarán los principales artistas de la producción y donde se interpretará el aria de Oroveso compuesta en 1837 por Richard Wagner “a la manera de Bellini”, en complicidad con el compositor de Siegfried, cuyas representaciones se alternarán durante este mes con Norma.
La cita será este miércoles, 24 de febrero, a las 20.15 h en la Sala Gayarre (a la que se puede asistir con aforo limitado) y en línea a través del canal de YouTube del Teatro. Y el 14 de marzo, con el tono alegre y desenfadado de los talleres familiares ¡Todos a la Gayarre!, entre pócimas y conjuros, descubrirán la otra cara de Norma.
Las funciones de Norma cuentan con el patrocinio de ENDESA.