Esta muestra recuerda un capítulo casi olvidado de nuestra historia muy vinculado a la vida de Norman Bethune (1890-1939): el éxodo hacia Almería de más de cien mil malagueños en febrero de 1937 huyendo de los bombardeos de las tropas sublevadas. Las tremendas fotografías tomadas por uno de los colaboradores de Bethune en la contienda, Hassen Size, son las únicas pruebas gráficas de aquel terrible episodio.
En febrero de 1937, Bethune acude a Almería desde Valencia para auxiliar a los refugiados que huían de la Málaga asediada, pero debido a la magnitud de la tragedia se decidió a recorrer la carretera que unía ambas ciudades –bombardeada continuamente por las fuerzas rebeldes–, socorriendo sobre todo a los niños, transportándolos junto a sus ayudantes Hazen Sise y Thomas Worsley en una rudimentaria furgoneta que hacía la función de ambulancia.
La exposición está acompañada de un catálogo trilingüe que recoge estas imágenes y testimonios del propio Bethune y de civiles, entonces niños, que dan testimonio de aquellos acontecimientos.
Más allá de las ideologías
Bethune regresó a Canadá desde España el 6 de junio de 1937, comenzando una gira para recaudar fondos y voluntarios para la lucha contra el fascismo.
En 1938 viajó a China, donde se unió a los comunistas chinos liderados por Mao Zedong en su lucha contra los japoneses. A finales de 1939 se produjo una herida en un dedo mientras llevaba a cabo una operación de urgencia, lo que le provocó una infección en la sangre que se propagó por todo el cuerpo y produjo su muerte, víctima de sepsis, el 12 de noviembre de 1939.
Tal y como recuerda el comisario de la exposición, Jesús Majada, «hay personajes que subyugan por encima de las ideologías, confesiones y pronunciamientos políticos. Son esos personajes altruistas, solidarios, desinteresados y generosos que dedican su vida a una idea… Entre estos se encuentra Norman Bethune. Dedicó su vida a atender a los más desfavorecidos, primero en Canadá, su país; luego en España; y finalmente en China, donde murió».