Desde la donación del legado del fotógrafo José Ortiz Echagüe en 1981 se decidió ampliar el contexto que suponía la obra de este autor a través de unos fondos artísticos cuya cronología comenzara en las primeras manifestaciones fotográficas y llegara hasta nuestros días.
El proyecto y los trabajos de ampliación se orientaban a conseguir una Colección de referencia internacional. Después de ya casi 20 años de un trabajo minucioso, donde se pudieron adquirir fotografías junto con donaciones de obra de los propios artistas o personas particulares como María Josefa Huarte, se conformó una de las mejores colecciones de fotografía española del país.
La incorporación más reciente procede de la familia mexicana Gómez Laresgoiti, que ha donado tres lienzos de Joaquín Sorolla, Marc Chagall y Rufino Tamayo, y una escultura de Eduardo Chillida. Junto a estas piezas están también presentes los legados de tres importantes fotógrafos del siglo XX. El Premio Nacional de Fotografía Rafael Sanz Lobato donó al Museo todos sus fondos, compuestos por cerca de 3.500 fotografías y cerca de 70.000 negativos. El destacado fotógrafo humanista sigue la tradición documental de los fondos ya existentes de Ortiz Echagüe y Juan Dolcet, ofreciendo un completo panorama de la fotografía de la segunda mitad del siglo XX en España. “Supone tanto por la calidad de sus obras como por la cuantía un importante incremento para nuestra Colección”, explica Ángel Gómez Montoro, presidente del Patronato de Promotores del Museo.
Junto a este autor también han sido legadas obras, a través de sus herederos, de importantes artistas como el vanguardista José Antonio Aizpurúa, uno de los escasos representantes de la vanguardia en el País Vasco. La donación de su archivo consta de 137 originales, dos cuadernos de dibujo del artista y su colección de negativos.
De gran importancia es también la incorporación de los 105 tirajes fotográficos de Martín Chambi, el documentalista peruano más cooncido del siglo XX. Su incorporación a los fondos supone la presencia cada vez mayor del arte latinoamericano y, según Valentín Vallhonrat, del Comité de Dirección Artística del Museo, “la apertura de otro campo de trabajo en el desarrollo de la fotografía más allá de nuestras fronteras, en Latinoamérica”.
Tender Puentes
Algunas de las obras producidas para el programa de creación artística Tender Puentes han sido también incorporadas a la Colección, como las de Pierre Gonnord y Manolo Laguillo, una fotografía de Carlos Irijalba, donada por la Fundación Padula–Blohm, y una selección de las obras donadas por Javier Vallhonrat y Cristina de Middel, recientemente expuestas en el Museo y que incrementan la Colección del siglo XXI. “Estas producciones artísticas, que se desarrollan gracias a pequeñas residencias para el estudio y la investigación de la fotografía, son el corazón del Museo. Esta sala es un ejemplo de los fondos con los que los artistas contemporáneos se nutren para producir nuevas piezas”, destaca Vallhonrat.
Además de Aizpurúa, los fondos de vanguardia del Museo, “con los que faltaba establecer un cuerpo de trabajo”, se han visto reforzados con la donación de una fotografía de Antoni Arissa y el depósito de un coleccionista particular de tres obras de Josep Sala.
Dentro del grupo de adquisiciones realizadas directamente por el Museo hay que contar con un daguerrotipo y seis papeles a la sal de Alphonse De Launay, un papel a la albúmina de Charles Clifford, que vienen a completar los amplios fondos conservados de estos autores, así como una fotografía del siglo XX de Inge Morath.
Aunque no estará presente en la primera edición de esta muestra el Museo destaca las donaciones de los recientemente fallecidos Pere Formiguera y Elena Asins y el legado de Josep Brangulí, entregado por Fundación Telefónica y a cuya obra el Museo dedicará una exposición a partir de noviembre de 2016. El trabajo artístico de este fotoperiodista comprometido con la realidad de la Barcelona de la primera mitad del siglo XX ofrece otra cara de la moneda frente a esa fotografía de vanguardia.