Desde los primeros testimonios en documentos literarios, que ya dejaron constancia en 1622 del poder curativo de sus aguas, hasta el proyecto fotográfico de Iñaki Bergera que retrata el balneario en la actualidad, pasando por planos, dibujos, carteles e imágenes históricas tomadas desde inicios del siglo XIX… Este proyecto expositivo, comisariado por Chus Tudelilla, reúne un legado único y revelador sobre uno de los primeros motores de desarrollo turístico de la provincia.
Para la diputada delegada de Cultura, Maribel de Pablo, el balneario es un elemento identitario del territorio altoaragonés, con una importancia crucial para el valle y para toda la provincia, porque sus aguas, especialmente desde finales del siglo XIX, contribuyeron a situar esta tierra en el mapa.
Chus Tudelilla destaca que esta muestra ahonda en “la singularidad de un lugar único y privilegiado, y de su arquitectura, mostrando lo que es y también remitiendo a la historia; primero, como un complejo dedicado a la salud, al deseo también de conocer nuevas geografías y, luego, para el ocio y el descanso”:
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La documentación histórica de la exposición incluye postales, fotografías estereoscópicas, albúminas y fotografías de, entre otros autores, Ricardo Compairé, Santiago Ramón y Cajal, Francisco de las Heras o Lucas Cepero, y también de autoría desconocida. La otra parte destacada de la muestra la conforma el proyecto Standstill Architecture. Balneario de Panticosa, 2011-2021, del fotógrafo y arquitecto Iñaki Bergera [2] (Vitoria, 1972), quien visitó en 2011 este complejo y registró una secuencia fotográfica de la interrupción de las obras del Centro de Alto Rendimiento Deportivo, diseñado por Álvaro Siza; el esqueleto de los apartahoteles de Siza y Jesús Manzanares y el aspecto de salones y habitaciones que siguió al cierre temporal del Gran Hotel de Rafael Moneo. Una labor investigadora y fotográfica que continuó hasta el pasado año y cuyos resultados se pueden apreciar ahora.
Bergera aporta, en sus propias palabras, una “mirada contemporánea a la situación actual del balneario, compaginando la relación entre los edificios históricos y la arquitectura contemporánea, en uso o no, por lo que al final queda plasmado un evidente contraste entre la historia del complejo y mi mirada personal”.
– La DPH ofrece un amplio programa didáctico [3] y divulgativo de la exposición. Las visitas guiadas individuales se llevarán a cabo sin reserva previa a las 12.30 h los domingos 10 y 31 de julio. Las actividades para familias requieren reserva de plaza y se desarrollarán a las 12.30 h el sábado 16 de julio.
Un lugar en la historia
La salud, el descanso y el deseo de nuevas geografías son los motivos que, a lo largo del tiempo, han animado el viaje a los Baños de Panticosa. Vicente Blasco de Lanuza, natural de Sallent y canónigo de Zaragoza, los mencionó en sus Historias eclesiásticas y seculares de Aragón, en la que se continúan los Anales de Jerónimo Zurita, impresas en Zaragoza por Juan de Lanaja y Quartanet en 1622: «Tiene este lugar unos famosos baños y saludables entre todos cuantos conocemos en los Pirineos». Un nuevo documento, el de la «Capitulación de la obra de los baños en 1693», permite fechar la construcción de una primera casa que fue única hasta 1773. Así comenzó su historia.
De establecimiento especializado en el tratamiento de la tuberculosis, las bondades del agua, del clima y de la montaña convirtieron Panticosa en destino privilegiado para el descanso. Con años de antelación lo supo Santiago Ramón y Cajal, cuando en 1877 acudió al establecimiento convaleciente de una afección pulmonar: «Grandes médicos son el sol, el aire, el silencio y el arte. Los dos primeros tonifican el cuerpo; los dos últimos apagan las vibraciones del dolor; nos libran de nuestras ideas, a veces más virulentas que el peor de los microbios y derivan nuestra sensibilidad hacia el mundo, fuente de los goces más puros y vivificantes». El dibujo, la fotografía y la conversación ampliaron la experiencia diaria de sus paseos, «como si tuviera ante mí un programa de vida y de acción inacabable».