El trabajo de Pérez Siquier, que fue galardonado con el Premio Nacional de Fotografía en el año 2003, surge de un espacio fértil situado entre la espontaneidad y el interés por la condición humana, así como el carácter pausado del propio fotógrafo. En sus imágenes se traslucen las transformaciones de todo un país (y acaso de todo un mundo) desde el espacio periférico de Almería, donde residió gran parte de su vida.
Esa posición fronteriza —Siquier no llegó a trasladarse a ninguno de los grandes centros de producción del país como Madrid, Bilbao o Barcelona— no le impidió plantear violentas rupturas a contracorriente con su tiempo y, a la vez, erigirse en catalizador del colectivo fotográfico español más influyente de su momento, el Grupo AFAL.
Influido por el neorrealismo en sus inicios, tal y como se puede contemplar en su serie La Chanca, en la que recogió la identidad de aquel arrabal de la ciudad de Almería, poco a poco fue decantándose por la fotografía en color. Trabajos como Informalismos y, sobre todo, La playa, fechados a partir de la década de 1960, lo convirtieron en uno de los pioneros mundiales de la reivindicación de la fotografía en color, desdeñada en aquel período como herramienta de indagación artística.
Su paso a ese cromatismo encendido y contrastado se asocia al interés y la perplejidad ante el nuevo mundo consumista y algo kitsch creado bajo el lema Spain is different, surgido del desembarco masivo del turismo en el litoral mediterráneo por aquellos años, cuando el régimen iniciaba su apertura hacia el exterior.
En la obra de Siquier, los cuerpos y los objetos comunican por sí solos: desde el orgullo vital de los habitantes de La Chanca hasta las formas corporales no normativas que se despliegan en La playa o las extrañas formas del mobiliario urbano, la decoración exterior y la publicidad que ilustran la llamada sociedad del bienestar.
Un corpus fotográfico situado entre la ternura y la ironía, revelador de las paradojas visuales de un momento de nuestra historia, y que hacia el final de su trayectoria cobró unos perfiles más íntimos. Los paisajes e interiores tendían cada vez más al silencio, sugiriendo un extrañamiento apacible, el repliegue interior de un artista que en sus últimos años llegó a afirmar: «Ya solo me queda la mirada».
Legado
Con seis décadas de trayectoria a sus espaldas, Carlos Pérez Siquier fue uno de los artistas clave en el desarrollo de la modernidad fotográfica española. Con esta consideración en mente, Fundación MAPFRE organizó en 2020 y en el año 2022 adquirió, una importante muestra de su legado, que vino a integrarse a las colecciones de fotografía de la institución, un acervo que a día de hoy cuenta con más de tres mil obras de esta disciplina.