Son innumerables los estudios y ensayos que expertos de todo el mundo han publicado sobre aspectos muy diferentes de la obra de Picasso. Su relación con su patria natal y con su país de adopción sigue ocupando y atrayendo a muchos historiadores del arte. Sin embargo, la relación entre el arte de Picasso y el arte alemán no ha sido todavía abordada en profundidad, por lo que esta exposición del Museo Picasso Málaga –comisariada por su director artístico, José Lebrero Stals– abre una puerta al plantear 22 registros en torno a los vínculos, filiaciones y divergencias entre Pablo Picasso y un selecto grupo de artistas alemanes considerados ya clásicos de la modernidad y que cambiaron el rumbo de la historia del arte.
Sin que pueda hablarse de una influencia de Picasso asumida explícitamente en Alemania, la exposición muestra tanto el interés como la resistencia que Picasso produjo entre los artistas germanos modernos que no optaron por la abstracción. Esta paradoja se expresa en el modo en el que estos pintores tomaron posiciones y desarrollaron sus obras conscientes de los aportes innovadores del artista español, principalmente por el efecto del cubismo, aunque no por ello dejaran de buscar una manera de crear propia de su idiosincrasia cultural, resistiéndose al peligro de ser víctimas de la contundencia estética del malagueño.
Finiquitando con la vieja estética del siglo XIX, los nuevos e inquietos escenarios de la vida cultural de París y Berlín potenciaron durante la primera mitad del siglo XX la circulación de creadores e intelectuales y un intenso flujo de ideas. Así, el recorrido de la muestra transcurre a modo de pasaje por 22 ámbitos complementarios, combinándose en cada uno de ellos obras de Picasso y de sus coetáneos germanos, así como el interés del malagueño por los maestros alemanes del siglo XVI, junto con documentación gráfica, fotografías, libros y otros materiales que contextualizan en tiempo y espacio las obras de arte.
Potencia estética destructiva
El relato expositivo se sitúa entre 1905, año de la constitución en Dresde del colectivo El Puente (Die Brücke), pasando por el grupo El Jinete Azul (Der Blaue Reiter) y el dadaísmo berlinés, para finalizar en 1955 en la redentora exposición internacional Documenta 1 en la ciudad de Kassel, que puso en valor lo que el nazismo había denostado como “arte degenerado”.
En total, 75 obras de Picasso se muestran junto a más de cien trabajos de Max Beckmann, Heinrich Campendonk, Otto Dix, Max Ernst, George Grosz, Erich Heckel, Hannah Höch, Wassily Kandinsky, Ernst Ludwig Kirchner, August Macke, Paula Modersohn-Becker, Otto Mueller, Emil Nolde, Max Pechstein, Franz Radziwill y Karl Schmidt-Rottluff, así como de Lucas Cranach el Joven, Lucas Cranach el Viejo y talleres de Frans Francken y Lucas Cranach el Joven.
Consecuencia de la construcción histórica de la individualidad burguesa, los protagonistas de la muestra son artistas de talante contestatario que cambiaron la ‘normativa’ del arte en Alemania y en Europa. El gesto profundamente iconoclasta de Picasso reaccionando con el cubismo frente al canon de la perspectiva renacentista o frente a los postulados coloristas del impresionismo, se corresponde con la rebelión compartida en diversidad por estos artistas germanos coetáneos al español, elaborando alternativas pictóricas al orden hegemónico, herencia del Romanticismo en su país.
La potencia estética destructiva de Picasso aparece contrastada conceptual y formalmente con la idea esencial que motiva a los alemanes seleccionados para esta exposición: servirse de la imagen figurativa para expresar un sentimiento de rechazo cultural a un orden que ya no respetan.
Medio siglo de narración-exposición
Este medio siglo de narración-exposición que quiere ser Picasso. Registros Alemanes corresponde a una época de grandes cambios en la que, a pesar de los conflictos bélicos, la cultura se diseminó en Europa de un modo extraordinario gracias a las técnicas de reproducción de las imágenes: grabado, xilografía, litografía y por supuesto a la fotografía y al cine que también se incluyen, junto a abundante material documental, en esta exposición.
Para esta gran muestra, el MPM ha contado con la especial contribución, entre otras, de las siguientes instituciones: Brücke-Museum Berlín; Centre Pompidou. Musée national d’art moderne, París; Fundación Almine y Bernard Ruiz-Picasso (FABA); Fundación Picasso. Museo Casa Natal, Málaga; Galerie Henze & Ketterer, Wichtrach; Kirchner Museum Davos; Kunstmuseum Pablo Picasso Münster; Musée du Quai Branly, París; Musée Picasso, París; Museo Thyssen-Bornemisza, Madrid; Museu Picasso, Barcelona; Nolde-Stiftung Seebüll, Neukirchen; Otto Dix Stiftung; Staatliche Kunstsammlungen Dresden; Van Abbemuseum, Eindhoven; Archivo Lafuente, Santander; así como préstamos procedentes de galerías y colecciones particulares.
El Museo ha editado para la ocasión una publicación que reconstruye cada uno de los 22 registros de esta exposición. Los ensayos de varios expertos –firmados por Markus Müller, director del Kunstmuseum Pablo Picasso, Münster; Janina Dahlmanns, historiadora del arte; Thorsten Sadowsky, director del Kirchner Museum Davos; Eugen Blume, director de la Nationalgalerie im Hamburger Bahnhof-Museum für Gegenwart, Berlín; Kerstin Stremmel, historiadora del arte; Béatrice Joyeux-Prunel, profesora École normale supérieure, París; y José Lebrero Stals– abordan la pluralidad de vínculos entre Pablo Picasso y el arte y pensamiento alemán de la época investigada, así como numerosas ilustraciones de las obras expuestas.
Claves académicas
Además, directores de museos europeos participan los días 20 y 21 de octubre en un seminario [1], en el que Juan José Lahuerta, jefe de Colecciones del Museo Nacional de Arte de Cataluña de Barcelona; Peter-Klaus Schuster, anterior director general de los Museos Nacionales Berlineses; Thorsten Sadowsky, director del Kirchner Museum de Davos; Dirk Luckow, director del Deichtorhallen de Hamburgo; Beatrice Joyeux-Prunel, profesora de la École normale supérieure de París; y de Eugen Blume, director de la Nationalgalerie im Hamburger Bahnhof-Museum für Gegenwart de Berlín, ofrecerán las claves académicas para profundizar y contextualizar los temas planteados en el discurso de la muestra, tales como la reflexión en torno a la recíproca influencia entre el arte germano coetáneo y posterior a Pablo Picasso y su obra, así como la recepción de la misma por la institución artística alemana.
Para celebrar los 12 años del Museo Picasso Málaga, y coincidiendo con la inauguración de esta muestra, durante todo el fin de semana del 24 y 25 de octubre se llevarán a cabo actividades culturales y pedagógicas en torno a Picasso, el arte, la música y la cultura alemana.
La exposición se ha organizado con la colaboración del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores de la República Federal de Alemania y el Goethe-Institut Madrid.