Verger retrató espontáneamente los edificios, las calles, los paisajes, los habitantes y la cotidianidad de las ciudades por las que fue pasando. Un recorrido que le llevó a visitar Barcelona, Villareal, Valencia, Alicante, Elche, Lorca, Granada, Almería, Úbeda, Córdoba, Sevilla, Málaga, Arcos de la Frontera y Ronda. Sus archivos también revelan que pasó por Madrid al final de su viaje, posiblemente cuando regresaba a Francia.
1935, Cuevas de Paterna, Valencia. Foto © Pierre Verger. Archivo Fundação Pierre Verger.
A través de más de cuarenta fotografías, propiedad del Museo Valencià de la Il·lustració i de la Modernitat (MuVIM), se deslumbra el reflejo de la cotidianidad de la gente de la costa mediterránea que parecía vivir ajena a lo que estaba por venir, el golpe franquista y la consiguiente Guerra Civil.
En Un viaje fotográfico por la Valencia Republicana se pueden reconocer lugares de la región como la antigua iglesia de San Pascual de Vila-real; las cuevas y la plaza del pueblo de Paterna; el puerto, los Jardines de Viveros y la Huerta de València; el Ayuntamiento de Alicante y el Palmeral, la Basílica Menor de Santa María y el Ayuntamiento de Elche.
Uno de los grandes
El jefe de exposiciones del MuVIM, Amador Griñó, destaca que en esta exposición «tenemos la ocasión de contemplar, ver, mirar, admirar, observar, en fin, conocer, inéditos y excepcionales documentos fotográficos de nuestra historia que este padre de la fotografía tomó en pantalones cortos y bicicleta».
Para Griñó sus fotografías hacen que Verger «pueda situarse entre los grandes fotógrafos de la primera mitad del siglo XX. Es obvio que para él España no dejaba de ser un lugar exótico digno de interés para un etnógrafo, un periodista sensacionalista o un folclorista. Sin embargo, su trabajo fue más allá de documentar formas de vida en proceso de desaparición y reproducir imágenes atractivas cargadas de regionalismo. Su fotografía estuvo ligada a la espontaneidad, cobrando importancia, como a él le gustaba recordar, el inconsciente y el azar».
Esta muestra cuenta con la colaboración de la Fundação Pierre Verger.
1935, Cuevas de Paterna, Valencia. Foto © Pierre Verger. Archivo Fundação Pierre Verger.
Hambre de mundo
Pierre Verger en Bom Jesus da Lapa, 1950. Foto Marcel Gautherot.
En el año 1933, Pierre Verger viajó a Polinesia en busca del paraíso terrestre. Un año antes había recorrido a pie la isla de Córcega con Pierre Boucher, quien le inició en el mundo de la fotografía y el revelado. En 1934 dio la vuelta al mundo como reportero fotográfico del periódico Paris-Soir, un viaje de seis meses que le llevó a recorrer Estados Unidos, Japón, China y Filipinas. Le siguieron África del Norte, África Negra -la llamada entonces África Occidental Francesa- (1935-1936); Martinica, Guadalupe, Santo-Domingo y Cuba (1936); México (1936-1937); China y Filipinas (1937-1938); Indochina (1938); México, Guatemala y Ecuador (1939); Brasil y Argentina (1941-1942); Perú, Bolivia y Brasil (1946)
En todo este tiempo se relacionó con gente muy diversa del mundo del arte y la antropología. Formó parte del entorno del poeta vanguardista Jacques Prévert y de la compañía de teatro Le Groupe Octobre. También estuvo vinculado al Museo de Etnografía del Trocadero de París, donde trabajó como colaborador voluntario en el laboratorio fotográfico y conoció, entre otros, a Alfred Métraux, Roger Bastide, Gilbert Rouget y Michel Leiris.
Después de 15 años de viajes ligados a una práctica itinerante y espontánea de la fotografía, Verger llegó a Salvador de Bahía (Brasil) y descubrió las culturas afrobrasileñas, una chispa que supuso el abandono progresivo de la fotografía y un giro hacia la escritura y la investigación antropológica. A la edad de 44 años comenzó a estudiar las relaciones entre la cultura afroamericana y africana, dedicando a ello el resto de su vida.
1935, autobuses en una plaza de Elche. Foto © Pierre Verger. Archivo Fundação Pierre Verger.