Al observar la trayectoria artística de Lazkano se hace patente que su evolución pictórica es el resultado de dos causas entrelazadas: de una parte, un permanente viaje de reflexión en torno a la pintura como profesión, la imagen pictórica como representación y la naturaleza como entorno; y de otra parte, sus múltiples periplos por diversas y ocasionales geografías, a veces muy cercanas, a veces tan lejanas como imaginarias. Su pintura, por tanto, resulta del constante transitar por la historia del arte y por el mundo que históricamente se ha visto afectado por el arte.
Sus búsquedas y hallazgos tanto en la periferia de ciudades industriales actuales como en la Viena fin-de-siècle, la Roma arqueológica o el Nueva York del presente han estado acompañados por una creciente ampliación del campo de la mirada: desde portones y ventanales próximos, domésticos y vecinales, hasta la distante inmensidad de océanos y cordilleras montañosas.
Esa mirada exploradora, que a partir de lo cercano siente la necesidad de abarcar y comprender más, ha estado acompañada por una meditación acerca del paisaje y su relación con lo artificial arquitectónico. La arquitectura como resto sobreviviente (industrial o arqueológico), como luminosa transparencia (en invernaderos o en rascacielos de cristal) o como ornamento. Y el paisaje como un espacio cargado de simbolismo en el que han sedimentado muchos tiempos pasados, en el que cada época ha dejado poso, una huella geológica o humana. Los paisajes de Lazkano, en consecuencia, son espacios en los que el artista pretende que tiempo puede ser leído.
Paralelamente se nutre de abundantes datos tomados de la historia del arte, y en concreto, de la historia de la pintura. Muchas obras suyas remiten, a veces secretamente, a Piero della Francesca o a Gaspar van Vittel, Mark Rothko, José María Uzelai, Jorge Oteiza, los paisajistas norteamericanos del siglo XIX o los fondos en las pinturas de Leonardo da Vinci y Joachim Patinir, los pioneros de la ingeniería industrial moderna y la arquitectura intemporal.