Macarrón se convierte en el primer español en exponer en este espacio, tras Keith Haring [1], Marco Brambilla, Bill Viola y Kenny Scharf, un dream-team con maestros del street art, el vídeo o el surrealismo pop.
La sala se organiza en dos niveles, el foso y la balconada, donde se distribuyen una serie de pinturas de varios formatos que han sido comisionadas en 2021 y creadas especialmente para este espacio expositivo. Son pinturas figurativas, retratos, paisajes y escenas cotidianas creadas a partir de técnicas mixtas como el collage, el uso del papel caligráfico chino, óleo, spray, acrílico, rotulador o cera.
Diferentes mundos
En la muestra se exhiben los diferentes mundos que ha ido creando Macarrón. Están las pinturas negras de formatos verticales gigantes y los paisajes panorámicos. Es en estos formatos horizontales donde simultáneamente suceden miles de escenas.
Hay playas superpobladas, pero también figuras solitarias. Hay color, mucho, pero en tres obras reina el blanco y el negro acompañados de tonos grises. En todos ellos, un universo propio, un realismo mágico que algunos definen ya como el «universo Macarrón».
Para el artista, «estos lienzos tratan del renacer, hablan de nueva esperanza de vida y nada mejor para ello que intentar reflejarlo en el verano, en las playas de Ibiza, con la luz y el azul del Mediterráneo. Es el retrato del día a día de una persona feliz… Por ese motivo mis personajes si se observan nunca se molestan e, incluso, para evitarlo, ni se miran entre sí».
Antonio Bonet [2] hablaba así sobre el artista: «Desde el principio, Rafa Macarrón tiene claro que quiere hablar, con humor más blanco que negro, más compasivo que cruel, de la calle, de la vida cotidiana, de su propia existencia, de su asombro ante el mundo».