Como gran figura del Modernismo, Ramon Casas (1866-1932) representa el referente más claro del arte realizado en Cataluña en el fértil periodo de finales del siglo XIX y principios del XX. La conmemoración del aniversario de su nacimiento se convierte en una gran oportunidad para revisitar su obra y la de los pintores que le influyeron.
Entre las piezas que componen la muestra destaca un numeroso grupo procedente de colecciones privadas, así como préstamos de museos españoles y extranjeros como el Museo Picasso de París, el Museo de los Agustinos de Toulouse, el Museo de Bellas Artes de Burdeos, la Colección Abelló, la Galería de los Uffizi de Florencia, la Colección Carmen Thyssen, el Museo del Prado, el Museo Reina Sofía, el Museo Picasso de Barcelona, el Museo de Bellas Artes de Bilbao o el Museo de Bellas Artes de Córdoba.
Las realizaciones fotográficas de Frederic Ballell y de Antoni y Josep Esplugas, entre otros, enriquecen el recorrido y permiten entender la existencia de intereses compartidos entre la pintura y la fotografía. De la misma forma, todo este material también acerca al visitante a la influencia formal y compositiva que la fotografía ejerció sobre la obra de Casas. Los encuadres, los puntos de vista, las visiones aéreas son algunos de los préstamos incorporados por el pintor.
Comisariada por Ignasi Domènech, jefe de Colecciones de Museus de Sitges, y Francesc Quílez, coordinador de colecciones del MNAC, la exposición pretende mostrar la obra de Ramon Casas en el contexto en el que apareció. Su recorrido, agrupado en cinco ámbitos temáticos, se plantea como un juego de espejos, un camino de doble sentido que permite visualizar las influencias, analogías e intereses comunes que existieron entre Casas y sus contemporáneos.
El visitante comienza con La construcción de una identidad artística, que se sitúa en los inicios de la carrera artística del pintor. Estos estuvieron muy marcados por su decisión de viajar a París, donde fue a estudiar con 15 años. El contacto con el principal centro artístico europeo fue un incentivo estimulante, dado que le permitió conocer un abanico muy rico de lenguajes y tendencias creativas.
El segundo apartado, La pulsión bohemia, muestra un periodo en el que el artista vivió un momento de intensa productividad que coincidió con el nacimiento del cervecería Els Quatre Cats. Con sus creaciones populares, Casas creó la marca publicitaria de la popular taberna y supo dar visibilidad a buena parte del imaginario del grupo. Aunque breve, este episodio de la historia cultural de Barcelona fue una de las aportaciones más originales y estimulantes de la modernidad artística catalana.
En La paradoja del artista moderno se presenta a un pintor cosmopolita y receptivo a las corrientes pictóricas internacionales pero también atraído por la temática popular, con representación de escenas taurinas o tipologías de majas y toreros, muy en sintonía con la más tradicional veta brava española. La exposición continúa con La poética de la multitud, en la que se profundiza en las composiciones dedicadas a la denominada pintura de crónica social. Y concluye con Identidades ambivalentes, que muestra al pintor como gran especialista en el género del retrato.
Ramon Casas, la modernidad anhelada, muestra organizada junto con el Consorci del Patrimoni de Sitges [1] y Museu Nacional d’Art de Catalunya [2], ya se ha podido ver en las salas del Museo de Maricel de Sitges, donde ha sido visitada por más de 38.000 personas. La exposición es el evento central del Año Ramon Casas y se podrá ver posteriormente en CaixaForum Palma.