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Raúl Artiles, entre la catástrofe y el divertimento

Comisariada por Omar-Pascual Castillo, Black Hole está compuesta, en concreto, por una veintena de obras de dibujo, en carboncillo sobre papel, y una intervención site specific creada en una de las paredes del espacio museístico.

La exposición surgió a partir de una metáfora sobre la idea de que un punto en el inicio de un dibujo es un agujero negro, contrariamente a lo que platea la retórica sobre lo geométrico acerca de que un punto desplazado en el espacio es una línea que crea una geometría específica.

El punto, en este caso, es un lugar que propicia que se escape un universo y aparezca otro. Esta última producción de Artiles surge de esa metáfora, en la que el espectador puede situarse de un lado del agujero negro o del otro; o yendo hacia la destrucción o apareciendo como nuevo nacimiento.

Respuesta efectiva a la crisis

El proyecto hace alusión a la situación de crisis social y económica que se vive en la actualidad, aunque a modo de respuesta efectiva a esa realidad, desde un punto de vista metafórico y sin llegar a ser una obra panfletaria.

La obra de Raúl Artiles es apocalíptica y catastrofista, pero al mismo tiempo tiene un matiz de divertimento y de placer estético. Es, ante todo, sorprendente en el plano visual. “Este joven artista no solo domina el dibujo, sino que va más allá; también desdibuja. Su obra hace una especie de guiño a la actual situación desde el punto de vista de una persona joven; de una juventud disidente, inconforme con su situación pero que quiere darle una oportunidad a la realidad y al futuro. El trabajo que presenta en esta exposición se plantea desde una especie de declaración que nos indica: todas estas situaciones inquietantes están ocurriendo y aún así, seguimos aquí”, asegura el comisario.

Raúl Artiles forma parte de la nueva oleada de artistas canarios que, más que trabajar creando imágenes o dialogando con los imaginarios de la pintura fotográfica, rompe la imagen; la destruye para centrarse en imágenes fragmentarias que, al redimensionarlas, toman un valor diferente a la original. Se acerca a la imagen como un espacio de destrucción, donde tormentas, cascadas, huracanes o volcanes en erupción despiertan admiración, deslumbran y asombran.

Tres tipos de obras

Las obras de la exposición muestran las potencialidades estéticas y la capacidad resolutiva de Artiles a través de tres tipos de obras. Un primer grupo, de mediano o pequeño formato, se presenta enmarcada de una manera solemne, con rigor museístico. Un segundo conjunto de obras en el que se pone en cuestión el soporte papel y el ejercicio del dibujo por excelencia, para convertirlo en algo que cuelga y se convierte en una cortina en el espacio; que se mueve al menor soplo de aire.

Y el tercer tipo, representado por una espectacular intervención creada en una de las paredes del museo. Un mural que conecta con su experiencia de colaboración con otros artistas, como Arnülf Rainer, Laura González, Fernando Álamo o Ray Smith. «En este caso, después de conocer esta faceta de su trabajo como colaborador o asistente de otros artistas, se le invitó a realizar su propia obra y ha logrado concebir una pieza deslumbrante, en la que crea una especie de falso agujero, una trampa al ojo, que se escapa a otra realidad y en la que el espectador se pregunta qué es lo que está pasando ahí”, apunta Omar-Pascual.

Esta exposición representa “la última apuesta del CAAM por el arte hecho en Canarias. Es la vigesimosexta muestra individual dedicada a un artista de las Islas, programada por el museo en los últimos cinco años. Junto con Davinia Jiménez y Moneiba Lemes, Raúl Artiles es uno de los artistas jóvenes de mucho talento y con una proyección en ascenso, y es importante que el CAAM no se desentienda de estos jóvenes valores”, indica el director del museo.

Raúl Artiles y Omar-Pascual Castillo. [1]

Raúl Artiles y Omar-Pascual Castillo.