El movimiento moderno se caracterizó por una excepcional configuración de espacios, por la simplificación de las formas, por la ausencia de ornamento y por la renuncia consciente a la composición académica clásica. Por eso, las postales expuestas están clasificadas en nueve categorías, para que el público pueda interpretar los principios fundamentales de composición universales, alejados de nacionalismos y cronologías.
Una historia inventada
[1]A partir de cada una de las postales, Rafael Cazorla escribe una historia inventada, que junto al texto original escrito por el viajero, se mezcla con las imágenes, creando una lectura dual de la evolución de la arquitectura unida al rastro de sus protagonistas.
El lenguaje expositivo muestra la singularidad de las postales seleccionadas, y las expone como lo que son: piezas únicas de una valiosa colección.
Los muebles expositivos invitan al visitante a aproximarse y su forma abocinada provoca que la vista se concentre en la postal, cediéndole el máximo protagonismo. Su disposición es totalmente flexible, permitiendo multitud de posiciones e itinerarios sobre la colección.
Postales sonoras
[2]La exposición incorpora como elemento interactivo una aplicación para iOS y Android que, a modo de postales sonoras, reproduce las historias inventadas de Cazorla dándoles una dimensión narrativa y un formato más íntimo, para poder escucharlas durante la visita a la exposición o junto a la lectura del catálogo.
Por otra parte, el visitante también puede ser partícipe del envío de postales de forma activa y no ser un mero espectador más. Habrá una serie de reproducciones de las postales que cada persona que visite la exposición puede escribir y enviar por correo.