«Un dibujo puede ser una obra en sí, pero también el punto de partida y de concreción de una idea, y así puede permutarse en variaciones de una serie o bien ser transformada en una escultura, en una pintura de gran formato o en una instalación», asegura la artista.
Durante los últimos dos años, la alemana ha experimentado sobre todo con dibujos y collages de diferentes tamaños que incluyen elementos tridimensionales, destacando así una concepción escultórica del dibujo y su presencia en el espacio. Su interés se centra en la ambigüedad entre la representación y la forma, y la tensión entre el plano y el espacio que va investigando a partir de simples motivos cotidianos o elementos arquitectónicos u ornamentales.
La consecuencia es que «el tratamiento del color, que es un aspecto importante de mi obra, no es exactamente pictórico». Finkenauer aplica el color en función de su carga emocional, su densidad y su peso, que interactúan directamente con la presencia de la forma.
En definitiva, la artista se siente atraída por el dibujo precisamente por la parquedad del medio y la austeridad de los recursos, que enfatizan la desnudez y sencillez de expresión que busca en la obra.
Hasta el 14 de noviembre se puede visitar esta muestra que se inaugura dentro del programa de Apertura Madrid Gallery Weekend.