El trabajo de la artista afincada en Barcelona se basa en las «cosas simples que nos rodean en la vida cotidiana». «Mi interés –explica– radica en la ambigüedad entre la representación y la forma, y la tensión entre las superficies planas y el espacio, que analizo al observar objetos cotidianos simples, así como elementos arquitectónicos y ornamentales».
Aparecen objetos de la vida cotidiana como muebles, vestidos, plantas, arquitecturas o montañas. También figuras como niñas, princesas o muñecos que parecen estar relacionadas con el imaginario infantil y el cuento. Todo este universo de cosas es retratado a través de un lenguaje formal simple y riguroso, trabajando de manera lúdica entre la abstracción y la imagen concreta.
Buscando el límite de la representación, las cosas son despojadas al máximo de sus atributos y convertidas en «forma». «La forma es el verdadero tema de mi obra: la ambigüedad entre la representación y la definición como signo o símbolo remite de lo visible a lo invisible, de lo que vemos a lo que es, de manera íntima y subjetiva».