El Círculo de Bellas Artes – Casa Europa [1] (Madrid) inaugura hoy la exposición Saul Bass. Carteles de cine, dedicada al célebre diseñador gráfico estadounidense, quien realizara algunos de los carteles más memorables de la historia del cine: Psicosis,Vértigo, Anatomía de un asesinato, Exodus o El hombre del brazo de oro, entre otros. En realidad, toda la moderna concepción del diseño de carteles de cine y de los títulos de crédito tiene su base en los trabajos de Bass.
Bass abrió su propio estudio, dedicado principalmente a la publicidad, en Los Ángeles en 1950, y allí conoció a Otto Preminger, quien lo invitó a diseñar el póster para su película Carmen Jones. Ese fue el comienzo de una larga colaboración no sólo con Preminger sino con los directores de cine más laureados de la historia: Billy Wilder, Alfred Hitchcock o Martin Scorsese, entre otros muchos.
Títulos de crédito
Pero su trabajo no se limitó al diseño de carteles, sino que también participó en el desarrollo de escenas cinematográficas tan reconocibles como la famosa de la ducha en Psicosis. Igualmente a él se le atribuye la dignificación y transformación de los títulos de crédito como un arte, un componente más de cada película que adelanta, cuenta, introduce o insinúa la historia del filme.
Gyorgy Kepes, un diseñador gráfico húngaro que había trabajado con László Moholy-Nagy en Berlín, fue quien aproximó a Bass al estilo Bauhaus y al constructivismo ruso. Tras trabajar en varias agencias en Nueva York se trasladó a Los Ángeles en 1946 con la intención de lograr una mayor plenitud en su desarrollo creativo. Abrió su propio estudio en 1950, dedicado principalmente a la publicidad, hasta que Otto Preminger le instó a diseñar el póster para Carmen Jones (1954).
Gran maestro
Posteriormente trabajó con directores como Billy Wilder (La tentación vive arriba) y Robert Aldrich (La podadora | El gran cuchillo), pero fue tras el siguiente proyecto de Preminger (El hombre del brazo de oro), cuando Bass se convirtió en el gran maestro del diseño de títulos de crédito cinematográficos.
Martin Scorsese y Alfred Hitchcock le reclamaron también en numerosas ocasiones a lo largo de su carrera. Bass compaginó el trabajo en cine con el diseño gráfico comercial. Comenzó utilizando estilizados diseños abstractos ricos en contenido simbólico que de un golpe visual conseguían impactar al espectador y llamar su atención sobre la película. Cada uno de sus carteles se convierte, así, en una meditada obra de arte moderno.
En palabras de Gerardo Vera, a cuya colección pertenecen los carteles de la muestra, «Bass consigue en una sola imagen, plasmar la idea de la película en una síntesis poderosa y definitiva que ya es, por derecho, marca de la casa… sus carteles apuntan, insinúan, casi nunca definen, dejando así un amplio margen para que sea el espectador quien complete su propia visión».