La obra recorre las tradiciones milenarias de China, un viaje con el que revivir las leyendas e historias que desde la Revolución Cultural se han destruido en China. Dos horas plenas de energía y sentimiento, con impresionantes acrobacias y coreografías que deleitarán e inspirarán al público con cuatro únicas funciones.
El espectáculo, un auténtico fenómeno internacional, se ha podido ver en escenarios de referencia de todo el mundo, como el Lincoln Center de Nueva York, el Kenney Center for the Performing Arts en Washington, la Chicago Civic Opera House, la San Francisco War Memorial Opera House, el Capitol Theatre de Sídney y el London Coliseum.
Shen Yun (Shen Zhou), que significa “Tierra de lo Divino”, cuenta con los mejores bailarines del mundo de la danza china, artistas que han sido galardonados con premios internacionales de danza, coreografía y música.
Shen Yun Performing Arts [1] nació en 2006 de la voluntad de un grupo de artistas chinos de poner en valor y revivir la esencia de los 5.000 años de historia de la cultura tradicional china, casi perdida por completo desde la Revolución Cultural.
Desde sus inicios, la compañía, con sede en Nueva York, recurre a la libertad artística que le brinda Occidente para representar sus obras. Cada año, tres subcompañías viajan simultáneamente durante seis meses por cien ciudades de Norteamérica, Europa, Oceanía y Asia para transmitir el «mensaje divino, la fusión entre el Cielo y la Tierra», fuera de las fronteras chinas.
Lenguaje universal
La danza y la música son los dos pilares fundamentales de esta gran producción multidisciplinar. Estrictos métodos de aprendizaje han hecho posible un espectáculo disciplinado y pulido, a través del cual se transmiten las personalidades y sentimientos de los artistas.
El conjunto de bailarines, que ejecuta coreografías con gran expresividad, danza al son de la música de una orquesta única, que fusiona los tonos emotivos orientales con la energía de las cuerdas, percusiones y sonidos occidentales. Solistas que utilizan la técnica del bel canto completan el elenco de más de un centenar de artistas.
El vestuario de la obra, con más de 400 piezas, ha sido elaborado artesanalmente a medida para cada bailarín, un juego de contrastes de colores que ha facilitado la construcción de una impresionante puesta en escena. Una pantalla escenográfica gigante proyectará digitalmente los escenarios y paisajes que serán testigos de la sucesión de actos y de las actuaciones que componen el montaje.