Fiel a la pintura figurativa toda su vida, Sylvia Sleigh (Gales, 1916 – Nueva York, 2010) se convirtió en una pieza importante de la escena feminista neoyorquina durante la década de los 70.
[1]Despojando a la pintura de la rigidez de una mirada eminentemente masculina y estableciendo un diálogo entre lo contemporáneo y la tradición pictórica europea, retrató al mundo del arte al completo: críticos, coleccionistas, artistas, hombres y mujeres, travestidos y desnudos.
Perspectiva inoportuna
La suya era una perspectiva inoportuna, irritante, profundamente personal y feminista que exigía de un espacio y una puesta en escena innovadores para una nueva mirada sobre cuestiones como la jerarquía, la representación y el género, conceptos cuya relevancia sigue de actualidad hoy.
Su aproximación es de carácter marcadamente sensual y sexual, y da mucha importancia a los detalles, creando composiciones a menudo cargadas.
Estrategias como éstas fueron fundamentales en la construcción de una nueva historia de la representación que se hizo eco de los importantes cambios acaecidos en su época.
Lenguajes estéticos
Sleigh fue fundamental en el desarrollo de los lenguajes estéticos feministas desde los años 60 en adelante, pero su papel no se ha valorado debidamente hasta hace poco, con exposiciones como WACK! Art and the Feminist Revolution [2], organizada por el MoCA de Los Ángeles en 2007, que han puesto en valor su figura.
Esta muestra es una coproducción del Centro Andaluz de Arte Contemporáneo, Stiftelsen Kunstnernes Hus, Kunst Halle Sankt Gallen, Tate Liverpool y el CAPC musée d’art contemporain de Bordeaux.