Su estilo natural e inconfundible nace de la conjunción de dos factores: el uso de la cámara de 35 mm, mucho más ligera y cómoda de manejar que las habituales de la época, y el acceso excepcional a los fotografiados, con los que pasaba días enteros como si fuera uno de ellos: «Todos los fotógrafos utilizaban aún las aparatosas cámaras con grandes planchas. Yo iba con mi pequeña cámara de 35 mm. que muy pocos conocían y que había comprado en Fleet Street. Esa cámara, que me permitía tomar las fotos de manera más espontánea, discreta y directa, fue como una puerta de bienvenida a la fama».
El Londres del swinging de la década de los años 60, en plena efervescencia cultural y social, fue documentado y vivido por varios fotógrafos de la época, entre los que se encontraba Terry O’Neill junto a Terence Donovan o David Bailey.
En 1963 realizó la primera fotografía de los Beatles para el periódico Daily Sketch en el patio trasero de los estudios de Abbey Road, donde el grupo grababa su primer disco, Please, please. Además de ser la primera fotografía de los Beatles que se publicaba en prensa, también fue la primera vez que un grupo aparecía en la portada de un periódico británico. La tirada se agotó.
Con las estrellas
A esa fotografía le sucedieron muchas otras de grupos musicales de la época que empezaban a despegar como los Rolling Stones, David Bowie o Elton John o modelos como Jean Shrimpton o Twiggy, estrellas femeninas que poseían “una personalidad y carisma excepcionales”, según O’Neill.
Cuando tenía 26 años, decidió ir a Hollywood a retratar a las grandes estrellas. Con la ayuda de sus amigos Michael Caine y Richard Burton se introdujo en el mundo del cine y retrató a Clint Eastwood, Paul Newman, Groucho Marx, Ava Gardner, Steve McQueen y a la que fue su mujer, la actriz Faye Dunaway.
Los astros de la gran pantalla fueron recogidos por la mirada de O’Neill y formaron parte incluso de su círculo personal. Pero el más retratado a lo largo de su trayectoria artística fue Frank Sinatra, a quien fotografió durante 30 años, desde su primer encuentro en Miami, durante el rodaje de La mujer de cemento (Lady in Cement, 1968).
Terry O’Neill
Terry O’Neill (Londres, 1938) comenzó su carrera en el departamento de fotografía de British Airways en el aeropuerto de Heathrow en Londres, donde retrataba a los viajeros que llegaban al país. En 1959 empezó a trabajar para el periódico Daily Sketch en Fleet Street y su primer encargo fotográfico fue Lawrence Olivier. A partir de ahí retrató los inicios de las grandes bandas de pop y rock de los 60 en Inglaterra. Después inició en Hollywood una carrera como fotógrafo profesional que le permitió acercarse a los grandes del cine y retratarles con un estilo que le ha caracterizado a lo largo de su trayectoria.
En la actualidad, su trabajo se exhibe en galerías nacionales y colecciones privadas de todo el mundo y promueve los premios internacionales de fotoperiodismo que llevan su nombre.