César Espada, comisario de la exposición, proponía el siguiente reto a los becarios: exponer no sólo obra sino también objetos creados por ellos para vender en la tienda de un museo. De esta forma se les planteó el interrogante de cómo hacer arte a través de un medio no artístico y, sobre todo, cuando el resultado de los objetos puede ser puramente decorativo o funcional.
La exposición es el resultado de este dilema en el que las obras conviven con los objetos de merchandasing que se pueden comprar a la salida de la muestra. Una reflexión sobre el valor del arte, las estructuras del mercado del arte, la unicidad y la autenticidad frente a la mercancía seriada.
The Pop-Up Royal Academy se compone de las obras realizadas por Jesús Herrera, Fernando Renes, Mar Hernández, Isabel Banal, Juancho Arregui, Arturo Franco, Ignacio G. Galán, Javier Rubín, Federico Pazos, Joaquín Secall, Alejandro Izquierdo, Javier Cardenete, Carmen Castañón, Jorge Tomás, Javier Moreno, Jorge Méndez, Aníbal Santaella, Miguel Oriola, Carlos Pazos y Giusseppe Vigolo.
Preguntas al espectador
De la misma forma que sucede con una tienda pop-up, que una semana vende un producto y la siguiente otro, la Real Academia de España en Roma con cada nueva promoción de artistas e investigadores cambia también la producción de las obras. De aquí surge la idea de crear The Pop-Up Royal Academy, una exposición que plantea preguntas al espectador y le incita a la reflexión sobre las estructuras del mercado del arte y sobre el valor de cada pieza: ¿Vale más una taza creada por un artista que una pintura suya?, ¿es más artística una foto que se encuentra colgada en la sala de un museo que impresa en un plato? Los objetos de merchandasing, creados por cada uno de los becarios, conviven con sus obras y se muestran en la misma sala de exposición con el fin de hacer sentir al visitante que el estar situados en ese lugar no debería transmitir necesariamente un mensaje superior al que nos puedan ofrecer los objetos que encontramos en la tienda.
Entre los objetos que componen The Pop-Up Royal Academy, que además de ver se pueden comprar, se encuentran algunos funcionales y divertidos, como platos, tazas, un diseño para tatuaje, una baraja de cartas, una guía muy especial de Roma, una toalla santa, una caja de música, un Tempietto anti stress, un calendario, unas bragas o un visor estereoscópico. Todos ellos conviven y complementan las obras de los artistas e investigadores en las siguientes disciplinas: pintura, grabado, escultura, artes visuales, cómic, arquitectura, restauración, cine, artes escénicas, diseño gráfico, música, NetArt, y estética, teoría, análisis y crítica de las Bellas Artes.