La práctica artística de Thomas Demand [1] (Múnich, 1964) se basa en la construcción de una maqueta en papel de su idea y comprensión de un lugar concreto. Una vez que obtiene lo que denomina una “escultura válida” en tamaño natural, la fotografía, obteniendo encuadres difíciles de conseguir en un espacio íntimo.
Una vez terminado el proceso fotográfico, Demand destruye las instalaciones de papel iniciales, de manera que la fotografía a gran escala y en color constituye la única huella de todo el proceso.
Su obra se inspira en la prensa diaria y a menudo se refiere a imágenes de noticias preexistentes, mostrando escenas de relevancia cultural o política. Construye las composiciones de sus fotografías a través de imágenes del subconsciente, que completa con detalles sin acercarse en exceso a la realidad.
Miriam Böhm
La fotografía no es sólo un resultado final, sino que también se integra en la obra de Miriam Böhm (Alemania 1972) como objeto. No es fotografía de la fotografía, sino de cómo miramos la fotografía. En su falta de poder de asociación, el imaginario de Böhm carece de referencias. Literalmente construye un contexto y las condiciones óptimas para que las imágenes se experimenten de manera material.
La impresión y reimpresión están en el centro del proceso de Böhm y en el anclaje conceptual de su proyecto estético. Se convierten en el contrapunto a la materialización generalizada de nuestra experiencia visual para proyectar espacios.
En el contexto de la digitalización, la insistencia en la impresión corre el riesgo de convertirse en una exploración nostálgica de la pérdida introducida por el rápido ciclo de la tecnología y la obsolescencia. Para Böhm, una relación material con la fotografía y con el aspecto físico de la impresión se convierten en una manera de centrar la atención del espectador sobre la visualización de sí mismo.