El ciclo comienza el martes, 5 de agosto, con la película Iván el terrible (1944), de Serguéi Eisenstein. La presencia de El Greco en esta obra de madurez demuestra que la influencia del pintor sobre el cineasta ruso fue más allá del montaje, por ejemplo, en la inclusión de iconografía bizantina.
El miércoles 6, el museo proyecta El espejo (1975), de Andréi Tarkovski, cuyo interés en la iluminación y el uso del color recuerdan al griego, además del hermetismo y el simbolismo extremo de muchas de sus imágenes.
El ciclo finaliza el jueves 7 con la cinta Madre e hijo (1997), de Aleksandr Sokúrov, considerado sucesor de Tarkovski y defensor de un cine de carácter eminentemente pictórico. Su película está rodada fundamentalmente mediante planos fijos cuya imagen se ve alterada mediante recursos como el uso de lentes anamórficas para estirar la imagen, la filmación sobre el reflejo de espejos cóncavos y convexos, o incluso mediante el empleo de pintura en las lentes para alterar algunos planos estáticos.