La propuesta ideada por Carles Guerra equipara la tendencia de iconizar imágenes, propia de las colecciones y de la misma historia del medio, a la capacidad de establecer vínculos entre ellas para ofrecer nuevas lecturas.
La Colección reúne más de tres mil fotografías de autores españoles y portugueses, lo que la convierte en la colección privada con una representación más exhaustiva de la historia de la fotografía realizada durante la segunda mitad del siglo XX en la península. Por lo tanto, sus imágenes dan fe de una doble modernización, la del propio medio y la de las sociedades del sur de Europa.
Sin embargo, modernizar a menudo se convirtió en sinónimo de reducir y sintetizar la realidad con una imagen icónica. Esas fueron las fotografías que dieron forma a los acontecimientos. Aunque cada hecho hubiera deparado muchas más versiones de lo ocurrido solo una adquiría el estatuto de la imagen emblemática. Una a la que basta un acuerdo tácito para reconocer.
A contrapelo de esas imágenes, cuya potencia nadie discute, la fotografía preserva innumerables instantes y secuencias. El hombre semidesfigurado de la foto de Miserachs titulada Calle Pelayo, Barcelona (1962) mantiene su iconicidad en función de la multitud a la que pertenece; el retrato del general Franco realizado por Ramón Masats en 1964 se apoya en una imagen de la autoridad ligada al caudillismo, al poder concentrado en la figura individual.
Pero existen otro tipo de acontecimientos, momentos colectivos tales como manifestaciones, procesiones, ritos y, en general, multitudes que evocan el carácter esencialmente procesual y cuantitativo de la fotografía. Esos instantes requieren más de una imagen. Por eso, a pesar de las limitaciones naturales que impone el espacio, la selección incluye cerca de 160 obras.
El conjunto se distribuye en 24 secuencias agrupadas en ocho bloques. De modo que su despliegue recrea esa dialéctica entre imagen única y lo que se podría calificar como un desarrollo alternativo de los acontecimientos. A fin de cuentas, otra «película de los hechos», que aún puede hacerse más compleja si consideramos que las secuencias alientan una lectura horizontal y los bloques una vertical.
Esta ordenación que remite a un atlas fotográfico –con sus regiones y continentes, algunos más extensos que otros– revela una insólita capacidad de la fotografía en tanto que dispositivo: las imágenes colaboran entre ellas produciendo nuevos significados y, en definitiva, otros acontecimientos que una sola fotografía no podría contener.
Esta muestra cuenta con la colaboración de la Fundación Banco Sabadell.
Los protagonistas
Laia Abril, Helena Almeida, Manel Armengol, Pilar Aymerich, Clemente Bernad, Josep Maria Casademont, Gérard Castello-Lopes, Colita, Joan Colom, Gabriel Cualladó, Jordi Esteva, Cristina García Rodero, Francisco Gómez, Joaquim Gomis, Fernando Gordillo, Roger Guaus, Cristóbal Hara, Manolo Laguillo, Adriana López Sanfeliu, Ramón Masats, Cristina de Middel, José Miguel de Miguel, Xavier Miserachs, Jorge Molder, Leopoldo Pomés, Jorge Ribalta, Xavier Ribas, Humberto Rivas, Txema Salvans, Rafael Sanz Lobato, Ton Sirera, Ricard Terré y Miguel Trillo.
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