La tabla que puede disfrutarse en el Museo del Prado hasta el 25 de mayo es el panel derecho del Díptico de Melun que Étienne Chevalier, tesorero de los reyes de Francia Carlos VII y Luis XI encargó al pintor Jean Fouquet. El panel izquierdo muestra a Chevalier arrodillado, acompañado por su santo patrón san Esteban.

Jean Fouquet, La Virgen con el Niño y ángeles, hacia 1452. Amberes, Real Museo de Bellas Artes © Lukas – Art in Flanders VZW / Royal Museum of Fine Arts Antwerp, photo Hugo Maertens.

En La Virgen con el Niño y ángeles, María, en posición frontal y sentada en un rico trono, aparece representada como Virgen de la leche y coronada como Reina de los cielos. La piel es blanca, los pechos esféricos, el nacimiento del pelo muy atrasado y apenas se distinguen las cejas. Según la tradición, los rasgos de la Virgen son los de Agnès Sorel, la primera amante reconocida de un rey francés. Tuvo tres hijas con Carlos VII y murió envenenada con mercurio en el año 1450.

Fouquet y sus influencias

En la pintura se aprecia también la influencia de la tradición nórdica en los ángeles monocromos (rojos los serafines, azules los querubines) o el conocimiento del autor del arte flamenco y del Quattrocento italiano, que queda patente en la composición.

El pintor y miniaturista francés Jean Fouquet es considerado uno de los grandes pintores franceses del Renacimiento. Entre sus obras más destacadas están, además de este Díptico de Melun, los retratos del rey Carlos VII y Guillaume Jouvenal des Ursins, Les Heures d’Etienne Chevalier o Les Grandes Chroniques de France.

• La virgen con el Niño y ángeles se puede visitar en la sala 57 A del Museo del Prado, donde se reúne temporalmente con la recién adquirida Oración en el huerto con el donante Luis I de Orleans (1405-1408), posible obra de Colart de Laon.