Ocelo, título de la muestra, hace referencia al ojo, a la pupila, al macromundo interior del ojo humano. La imagen del círculo, recurrente en su obra, alude también al tiempo como movimiento circular. En el vídeo del mismo título, una serie corta de fotogramas muestra el revoloteo de una mariposa enganchada por sus alas al limpiaparabrisas de un coche en marcha. Habla al que lo ve de la belleza en transformación y de la impotencia, de lo inasible y de la fragilidad permanente.
La obra de Civera parte de lugares emocionales, de parcelas de su entorno presente y de recuerdos de su infancia. Se mezclan a su vez, en el momento actual, sentimientos comunes debido al aislamiento, la incertidumbre, el cambio, la extrañeza, el miedo, como expresa en sus grandes instalaciones Horizontal versátil y Torre, N.Y. en blanco y negro, confinamiento. Su dimensión poética se abre a la hora de interpretar las piezas. La artista convida al espectador a relacionarse con su obra a ritmo pausado, a prestar atención a los más mínimos detalles que la componen.
Entre el ojo y la forma
En una de las salas de la exposición se presentan dos largas mesas con obras de aluminio, tituladas Entropía (Saro), pintadas de diferentes colores. Sobre ellas, diversas fibras naturales y artificiales de acumulación de polvo han sido formadas y recogidas como residuo del lavado y secado de la ropa que utiliza en Saro. En su amontonamiento casual, al recolectarlas, van adquiriendo formas irregulares irreversibles parecidas a las alas de mariposa, con una textura áspera y aterciopelada a la vez. Las piezas parten del cero absoluto del que habla la artista hacia la evolución y transformación, entre el ojo y la forma, dando validez a la infinita diversidad fragmentaria.
Otros fragmentos de paisajes se muestran en la serie Tablets, pinturas de pequeño formato sobre metal y madera que incorporan también tejidos naturales y otros materiales. Pequeñas cartografías de percepciones o intuiciones donde la expresividad de lo cromático toma importancia.
En 2022, el Museo Patio Herreriano de Valladolid le dedicará una retrospectiva a Civera .
Empezar de cero
«En el estudio, cuando preparo una exposición empiezo de cero, desde la necesidad de escribir una pequeña frase, un texto mínimo a modo de poema. Me gusta proceder de esta manera, sintiendo libertad, nadando en un mar abierto.
Sentir es pensar. Pensar es sentir, con mi mano y mente unidas. Siento, analizo, determino dibujando, también pintando, construyendo una pieza, me descubro, descifro mis sentimientos, en la densidad que los percibo.
En 1997 utilicé como portada de un catálogo una imagen de mariposas, con el título ‘Madre luna’… Siento que las mariposas nos dan suerte.
Cuando éramos pequeños, mi padre nos solía regalar a mis hermanas, hermano y a mí, una caja de zapatos con capullos de seda en la fase embrionaria. Nos enseñaba como alimentarlas y para ello recolectábamos hojas de morera para que así pudieran cumplir su ciclo. Fue una gran lección. Así, con fragilidad, empezamos a respetar la vida y a entenderla como evolución y transformación. También lo que significa adquirir un compromiso, día a día».
(Victoria Civera)